Los ‘paradistas’ de Els Encants serán los que decidan la fecha del traslado
El arquitecto calcula que la obra necesita un mes más de trabajos para estar acabada La inundación saca a flote discrepancias con el diseño del mercado
La asamblea que congregó ayer a unos 300 vendedores del mercado de los Encants tenía como objetivo que los responsables de la obra, acompañados por representantes del Ayuntamiento de Barcelona, explicaran las causas de la inundación que sufrió el sábado la estructura, a una semana de su inauguración. Sin embargo, la reunión terminó por sacar a flote viejos descontentos con el diseño, algunos de gran calado. La única conclusión clara es que, según el arquitecto Fermín Vázquez, la finalización de las obras necesita de un mes más de trabajo y que, una vez entregada la obra, los encantistas votarán la fecha del traslado definitivo. Algunos incluso la llevan a septiembre.
“Lo prioritario es solucionar el problema \[de los desagües\]. Una vez esté solucionado hablamos de traslado, que puede ser en un mes, o en dos, o el tiempo que sea”, dijo Diego Escámez, presidente de la Asociación de Comerciantes. Muchos tenderos cuestionaban que los desperfectos de los bajantes sean los únicos que tiene la obra y se preguntaban qué pasará un día de nieve o de mucho viento. “Se dará un plazo en el que todos estemos seguros y cómodos, pero en un mes podrían estar las obras”, aseguró Vázquez.
Los responsables de la construcción explicaron a los trabajadores de los tenderetes que la inundación se debió a dos incidentes “acotados e independientes”. El primero es el escape de agua al sótano, causado por el desacople de una docena de conexiones de la red horizontal. El segundo, el rebozamiento en cinco puntos de la cubierta del mercado, algunos causados por “tareas pendientes de ejecutar y otros por la velocidad excesiva del agua.
B720, el despacho del arquitecto, envió ayer en la tarde una nota en la que daba su versión del incidente del sábado. “El proyecto se encuentra aún en fase de construcción y la obra no está finalizada. En concreto faltan por realizarse muchos remates en cubierta, conexiones y colocación de accesorios, así como las revisiones y las pruebas correspondientes”, dice el texto. Vázquez defendió los cálculos realizados por la firma JG Ingenieros. “No es probable que haya ningún defecto serio en el proyecto, ni de cálculo, ni de diseño, ni de ejecución”, aseguró.
El Ayuntamiento, de momento, no culpa a la anterior Administración del PSC de la crisis desatada por el fallo en el edificio. Ha dejado que sea Vázquez el que de la cara ante los paradistas. Ayer los socialistas, en cuyo mandato se aprobó el diseño y se comenzó la obra, que realiza una UTE encabezada por OHL, criticó al Gobierno municipal por “certificar las obras estos dos años”.
Tanto el arquitecto como el regidor de Mercados, Raimond Blasi (CiU), negaron que hubiera prisas o presiones para realizar el traslado. Algo en lo que siguen insistiendo algunos encantistas. En la asamblea muchas voces criticaron la falta de señalización, de que aún se estuviera trabajando para entregar las escaleras o los baños. “Son cosas demasiado gruesas para ser una obra que en teoría estaba a punto de ser entregada”, aseguró un comerciante.
Otros vendedores de los Encants pidieron que se le pusieran colores a las paradas —que ahora son grises—, se quejaron de la falta de iluminación en algunos sitios de cara al invierno y expusieron la posibilidad de poner toldos en algunas paradas que están en esquinas más expuestas. Vázquez aseguró que, “viendo el rodaje posterior, se podrán hacer algunos cambios”. Los comerciantes no olvidan que pagaron 1.295 euros por metro cuadrado de local, unos seis millones de euros del total de la factura del edificio, que se eleva a 55 millones.
Trabajar en una rampa
"No puedo trabajar de lado, con un desnivel, por ocho horas". La que se queja es Pilar Borja, una encantista que lleva 20 años vendiendo telas. Viendo su parada, en el nuevo mercado, se entiende su descontento. La estructura de metal es horizontal, pero ella tendrá que atender al público sobre la superficie de la rampa, con el desnivel preceptivo. Los rollos de sus telas miden 1,50 metros. Y el espacio en el que podrá vender es de 1,80 metros. "¿Qué hago? ¿Adelgazo?", bromea mientras se frota los brazos. El viento de primavera hace imaginar el del invierno. "El techo es divino, pero inútil", se queja otra 'paradista'. Algunos de los más enfadados son los de la zona de subasta, que creen que su espacio es demasiado reducido y no habrá espacio para realizar el cargue y descargue. "La atrevida cubierta no es ni caprichosa ni banal. Quiere hacer la ciudad con la arquitectura como instrumento para hacer un espacio público mejor", decía ayer en una nota el despacho de Fermín Vázquez, que insiste que su obra retrata el espíritu de Encants. Calca incluso sus castas: a los paradistas se les exige casco para visitar las obras. Pero algunos dejan su todoterreno en primera fila, saludan a la seguridad y entran como en casa.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.