Chamizo anuncia que estudiará la relación entre narcotráfico y política
El Defensor del Pueblo Andaluz hace un balance de sus 17 años de trabajo y asegura que seguirá haciendo lo mismo pero será más libre para opinar
José Chamizo, defensor del pueblo andaluz desde 1996, ha hecho este martes un balance de su gestión al frente de la institución que, por acuerdo de los tres grupos parlamentarios, abandonará en breve. Chamizo, quien no descarta un futuro político —"es una puerta que no voy a cerrar", asegura—, ha adelantado que seguirá trabajando en una ONG, Voluntarios por Otro Mundo, que se creará legalmente el mismo día que deje de ser defensor y en la que hará lo mismo que hasta ahora. "Pero me sentiré mucho más libre para dar mi opinión", señala. "Seguiré trabajando para denunciar las relaciones que existen entre narcotráfico y política en Andalucía, ya que existen indicadores preocupantes en este sentido", apunta Chamizo.
"Esto no es nada nuevo, pero no puedo decir mucho más porque está en riesgo mi seguridad personal. Ahora los únicos que tienen dinero para inyectar en la economía son los narcotraficantes y, como ocurre en Italia, se está dando la figura del narco-empresario", apunta el todavía defensor que será sustituido en el cargo por Jesús Maeztu.
Desde la nueva asociación, que se mantendrá con las cuotas de los socios y patrocinios privados pero sin ayudas de la Administración, Chamizo creará un grupo de trabajadores voluntarios que prestará atención a toxicómanos que reciben tratamiento, a presidiarios sin recursos que se convierten en esclavos de otros internos o a menores extutelados por la Administración que se encuentran en la calle abocados a la prostitución o a la toxicomanía, ha explicado el sacerdote gaditano.
De sus años al frente de la oficina del Defensor del Pueblo —en los que ha tramitado y recibido más de 88.000 quejas—, Chamizo se siente especialmente orgulloso de que la institución se haya convertido en un referente y sea la segunda más valorada por los andaluces después de la Universidad. "Pero ha sido también un tiempo muy doloroso porque el dolor humano no se puede aliviar y me quedan los sinsabores de las personas que han acudido a mí como la última esperanza y no he podido ayudarles", añade.
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