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Triunfar en Madrid desde Nueva York

La galería Elba Benítez logra un premio internacional al mejor stand con el artista Carlos Bunga

Patricia Peiró
Elba Benítez en la puerta de su galería.
Elba Benítez en la puerta de su galería.Santi Burgos

Para Elba Benítez, la unión entre el galerista y el artista no debe entenderse con puntos, sino con una línea continua. Ambas partes deben recorrer el camino juntos y no encontrarse simplemente cuando toque exponer. Así es como trabaja esta canaria afincada en Madrid desde hace más de 30 años, a la que no se le acaba de ir el acento, aunque cuando vuelve a casa le dicen que suena “muy peninsular”. El portugués Carlos Bunga, con el que acaba de ganar el premio al stand más innovador del Frieze de Nueva York, representa este maridaje perfecto.

Se conocieron en la Bienal de Arte Contemporáneo Manifesta 5 en San Sebastián en 2004 y acaban de culminar su unión con en esta cita en la que la galería participó con un monográfico del artista.

“Me gusta estar en el proceso de trabajo, hasta donde puedo, me implico en el aspecto comercial y el desarrollo de su carrera”, explica Benítez con todo calmado. Su galería, ubicada en un patio interior junto a una residencia universitaria en Chamberí, está especializada en arte contemporáneo, sobre todo aquel que está relacionado con la arquitectura. “Aunque con cada artista es diferente, esto es como las relaciones personales, no hay ninguna igual”, puntualiza.

En cuanto vio las obras de Carlos Bunga, Benítez lo fichó. La galería le consiguió una beca para trabajar un año en Nueva York y ahora ha conseguido que el jurado del Frieze, formado por los comisarios de la Bienal de Berlín, del Museo de Arte Contemporáneo de Chicago y el de Arte de Dallas, se fijen en él. “Bunga es ambicioso y eso me hace implicarme más, porque pienso que está todo por hacer”, asegura.

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Benítez llegó al mundo del arte tardíamente, con 38 años, en su vida antes de la galería estudió Ciencias Políticas y Sociología en la Complutense y trabajó en este ámbito hasta que en 1990 decidió que su afición se iba a convertir en su medio de vida. “Uno entra inconscientemente y luego se da cuenta de la complejidad que entraña”, señala. Y desde este soleado patio que aísla a la galería del bullicio del centro se fue expandiendo. “El mercado del arte aquí es débil por eso el 80% de nuestras ventas se cierran en el extranjero, sobre todo fuera de Europa”, explica la galerista, firme defensora de que la cultura se sostenga sin subvenciones.

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“Recibir ayudas es una actividad económica falsa”, apunta, “lo que hay que tener son unas condiciones legislativas y sociales adecuadas para que la cultura se sostenga y se desarrolle”, apunta. Entre sus críticas se cuela la del IVA del 21%, uno de los porcentajes más elevados que se aplican a este ámbito en Europa. ·Una galería no deja de ser una pequeña empresa que sufre las dificultades económicas como cualquier otra. Hay que entender que en este ámbito no se obtienen resultados inmediatos, sino a largo plazo·, afirma. Aunque la sede física de la galería está en la calle San Lorenzo, la realidad es que Benítez no deja de viajar por todo el mundo. “Se puede vivir del arte desde Madrid, pero no en Madrid”, asevera.

Ella eligió este antiguo bloque de viviendas para establecer su hogar artístico. Cuando se instaló, hace 23 años, el espacio “era un desastre”. La residencia universitaria y el otro local en el patio llegaron después que ella. “Al principio esta zona daba miedo y parecía una locura abrir en esta zona”. La galería estaba en ese momento algo alejada del resto de espacios de exposiciones.

Al final la jugada le salió bien, como la del Frieze. Benítez ni sabía que existía un premio en la feria hasta que uno de los patrocinadores se le acercó y le dijo: “Tengo una buena noticia para vosotros. Sois los ganadores”. Entonces el ayudante que había contratado para esta cita le chivó: “¡Son 15.000 dolares!”. La galerista achaca el despiste a la gran cantidad de ferias internacionales en las que participan y al hecho de que no puede controlar todos los detalles.

Y entonces empezó a correr el champán porque resultó que uno de los sponsor del Frieze neoyorquino es un fabricante de la bebida espumosa.

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Sobre la firma

Patricia Peiró
Redactora de la sección de Madrid, con el foco en los sucesos y los tribunales. Colabora en La Ventana de la Cadena Ser en una sección sobre crónica negra. Realizó el podcast ‘Igor el ruso: la huida de un asesino’ con Podium Podcast.

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