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Un silencio que suena

El escultor Cayetano Romero exhibe obras en cerámica esmaltada, bronce y hierro

La obra 'Como objeto inteligente', de Cayetano Romero.
La obra 'Como objeto inteligente', de Cayetano Romero.

Cuenta Cayetano Romero (Palos de la Frontera, Huelva) que de pequeño quiso ser alfarero y también poeta. Algo que cumplió en parte en la Sevilla de los años ochenta, donde estudió Bellas Artes y nació como artista. Barcelona y Florencia fueron las siguientes paradas de su formación artística, en las que se especializó en pintura mural, dibujo y diseño. Tras su movida etapa estudiantil, llegaron las responsabilidades de la vida adulta. Había que buscar trabajo para apaciguar a unos padres que no le veían mucho futuro a los estudios de su hijo. Como profesor trabajó en la Escuela de Diseño de Granada, centro que dirigió, y a mediados de los años noventa recaló en Málaga, donde siguió con su carrera de docente, se casó y fue padre. “Desde entonces y hasta ahora he sido más que nada padre, también profesor y alguna vez artista, es en esa época cuando realicé, con el diseñador Antonio Herraiz, la estatuilla del premio del Festival de Cine de Málaga: la Biznaga, y aunque he participado en exposiciones en San Telmo, en la sala Mare Nostrum de la Cala del Moral [Málaga] o en La Casa de las Provincias en Sevilla, no han sido más que cortos vuelos desde un nido en el que he sido plenamente dichoso”, explica Romero.

“Hay una canción de Chavela Vargas que dice: uno vuelve siempre a los viejos sitios donde amó la vida. Ahora vuelvo a la arcilla y a los textos caligrafiados como aquellos cuadernos de mi niñez. Tanto el barro como la poesía son la materia de la que está formada mi obra que, al igual que la canción, he titulado: Las simples cosas", añade el escultor.

Las simples cosas es el título de la muestra que Cayetano Romero expone hasta el 14 de junio en la Casa Fuerte Bezmiliana de Rincón de la Victoria (Málaga) y que tiene como hilo conductor la poesía del siglo XX. Las piezas realizadas en arcilla, unas veces esmaltadas y otras caligrafiadas, contienen a modo de tatuaje por toda su piel, textos de poetas como Cernuda, Lorca, Neruda, Borges, Goytisolo, Aleixandre o Gil de Biedma entre otros. Cómo paréntesis, dos instalaciones lo contienen todo. Realizadas en bronce, Prólogo y Fahrenheit-451 son 24 esculturas que hablan.

'Sin título', de Cayetano Romero.
'Sin título', de Cayetano Romero.

“La primera habla del vértigo que produce siempre el momento previo a la acción, representada aquí por la poesía que, compartiendo pensamiento con Celaya, pienso que puede ser un arma cargada de futuro. En la segunda instalación, inspirándome en los hombres libro de Fahrenheit-451, reflexiono sobre la necesidad de la literatura sobre todo ahora en estos tiempos que se dicen malos para la cultura”, resalta Romero.

“Hay algo inquietante en la exposición que Cayetano Romero nos presenta: el silencio que inunda la sala. Una profunda sensación nos sobrecoge, la nostalgia por algo que aun no ha sucedido, el murmullo de algo que aun no ha sido dicho. Sus diminutos personajes, ensimismados lectores de un paisaje geométrico de palabras manuscritas, mantienen un acuático equilibrio desde el dulce silencio de la melancolía. Callados, como si supieran que la voz encierra el peligro de errar, o quizás mudos para no perturbar el silencio de la biblioteca del mundo, aguardan el instante de una latente revelación. Sus pulcras escenografías, situaciones mantenidas en el preludio del acontecimiento, en el umbral de un pensamiento inasible, parecen presagiar la disolución de su materia en algo superior”, señala el crítico Juan Carlos Robles sobre la exposición.

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