El alcalde de Castellón pierde las formas tras dejar el cargo en el PP
La oposición le pide que abandone temporalmente la alcaldía por su imputación en Gürtel
“Evidentemente, voy a mantener todos los puestos de responsabilidad en los que participo, el político también”. El alcalde de Castellón, Alfonso Bataller, se mostraba muy seguro un día después de que se conociera su imputación en el caso Gürtel por la adjudicación de contratos cuando era subsecretario de Sanidad en 2007. Entonces reiteró una y otra vez que no tenía ninguna intención de irse ni de la alcaldía ni de la presidencia del PP local y que tenía todo el respaldo del presidente del Consell, Alberto Fabra, y del presidente de la Diputación de Castellón y del partido en la provincia, Javier Moliner. Pero una semana después las cosas parece que se le han torcido de tal forma que ayer llegó a perder los nervios ante los medios de comunicación.
Bataller compareció este martes por primera vez después de que un nocturno comunicado de prensa informara de que había decidido “delegar temporalmente” sus funciones al frente del partido en la ciudad de Castellón. El regidor ha recalcado que se trata de una “decisión personal y muy meditada” pero ayer no respondió al motivo que le ha llevado en una semana a decir una cosa y hacer lo contrario. Fue tras ser preguntado sobre si había sido presionado para delegar el cargo cuando las palabras del regidor subieron de tono. “¿No le he dicho que no voy a hacer más declaraciones sobre esto? ¡No me ha presionado nadie, es una decisión mía, ¿o es que no lo entiende?”, increpó a un periodista. La rueda de prensa finalizó abruptamente cuando los asistentes invitados con motivo de la presentación de la Nit de l’Art decidieron ponerle fin con sus aplausos.
Bataller increpa a un periodista y se niega a responder sobre su situación
La pregunta sobre las posibles presiones no era inoportuna dada la doctrina Fabra y por el cierto malestar que entre algunos miembros del partido generó el nombramiento de Bataller como alcalde cuando apenas hacía un par de meses que se había estrenado como concejal. Para que tomara posesión tuvieron que renunciar tres ediles. La salida de tono es una buena muestra del nerviosismo que se ha asentado en el alcalde. La pasada semana amenazó al grupo socialista con una querella por afirmar que había recibido regalos de la trama Gürtel y se mostró contrario a la celebración de un pleno extraordinario con motivo de su imputación al que se ha visto obligado a convocar finalmente por el reglamento. La cita será este lunes. De momento, la oposición ya ha pedido en bloque que siga los mismos pasos que en el partido y delegue también la vara de mando del Ayuntamiento.
La portavoz socialista, Amparo Marco, manifestó que, si ha dejado su cargo orgánico “por razones mucho más importantes debería dejar la alcaldía”. El portavoz de Compromís, Enric Nomdedeu, opinó lo mismo: “Cuesta de entender que deje la presidencia del partido y que mantenga la alcaldía perjudicando a la ciudad”. La portavoz de EU, Carme Carreras, instó a Bataller a dimitir, no solo a delegar.
Pero el alcalde no está dispuesto a pasar el mando. “Estoy aquí como alcalde y voy a continuar”, dijo. Es más, aseguró que uno de los motivos para no seguir al frente del PP local era para centrarse en sus responsabilidades como alcalde.
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