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Detenidos 11 empresarios por defraudar 1,2 millones del fluido eléctrico

Los detenidos manipulaban los contadores a cambio de entre 500 y 1.000 euros cada mes

Con la manipulación de los contadores de la luz de 11 mercantiles diferentes ubicadas en varias poblaciones de la comarca de La Vega Baja de Alicante se ahorraron 1.249.917 euros en dos años. Pero la Policía Nacional, tras meses de pesquisas, ha detenido a once empresarios y tres comerciales de mercantiles de diferentes localidades de la comarca por presuntamente manipular los contadores de luz.

Los detenidos, interceptados en las poblaciones alicantinas de Albatera, Redován, Orihuela, Hurchillo y Jacarilla, son 13 hombres y una mujer de nacionalidad española, de los que no se ha precisado la edad. De ellos, tres presuntamente ofertaban a los empresarios la manipulación de las instalaciones eléctricas a cambio de un importe económico que variaba entre los 500 y los 1.000 euros, según ha informado la Comisaría provincial en un comunicado.

La operación, que ha sido desarrollada por la Brigada Provincial de Policía Judicial de Alicante-Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal, y que permanece abierta, se inició el pasado febrero, cuando se tuvo conocimiento por medio de una denuncia del responsable de una distribuidora del servicio eléctrico de una supuesta estafa por parte de varias mercantiles de localidades de la Vega Baja, que presuntamente manipulaban sus contadores para lograr "un gran ahorro" en la factura de la luz, "alterando" la lectura real del gasto.

Así, en una primera fase fueron arrestados 11 empresarios, propietarios y administradores de otras tantas mercantiles que presentaban sus instalaciones "manipuladas". Posteriormente, en una segunda etapa, se arrestó a tres comerciales como presuntos responsables de ofertar esta técnica para obtener beneficios en la factura eléctrica.

La Policía ha explicado, en una nota de prensa, que el modus operandi de los arrestados "dependía" de los tipos de contadores sobre los que operaban, que eran desprecintados y, una vez abiertos, puenteados con resistencias y cables para que la lectura fuera "mucho menor" que la potencia real consumida.

A continuación, eran de nuevo precintados de forma "parecida" a la original para "evitar levantar sospechas" a los inspectores de la compañía eléctrica. Igualmente, los agentes estiman que las empresas han defraudado el servicio entre uno y dos años. En cuanto a los detenidos, fueron puestos en libertad tras ser oídos en declaración.

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