Leganés, ciudad paralizada por la política
El PP, en minoría, no logra que el municipio tenga nuevos presupuestos
El Ayuntamiento de Leganés está paralizado. El alcalde, el popular Jesús Gómez, que gobierna en minoría con 12 concejales, no consigue el apoyo de la oposición para sacar adelante sus propuestas. Ni siquiera la modificación presupuestaria que considera imprescindible para garantizar el pago de las nóminas, de los consumos y suministros de las instalaciones deportivas y el abono de los créditos. Los vecinos ya están notando las consecuencias. De momento, se ha cerrado la piscina el Carrascal, por falta de dinero para combustible y peligra el polideportivo la Fortuna.
Lo incongruente es que el problema no es de escasez de fondos, ni de endeudamiento, sino de entendimiento con el resto de los grupos políticos: ocho ediles del PSOE, cuatro de Unión por Leganés (ULEG) y tres de IU. El municipio está funcionando con los presupuestos de 2012 prorrogados, al no conseguir el alcalde los apoyos para aprobar los de este año, lo que implica que el Ayuntamiento cuenta con el mismo montante económico que en el periodo anterior en cada una de las partidas. “Por lo tanto, si hubo dinero para la piscina en 2012, no sé por qué hay problemas este año. Lo que pasa es que el alcalde achaca su mala gestión a la oposición”, advierte Carlos Delgado, presidente de ULEG.
El problema no es de liquidez, sino de falta de consenso entre los grupos
El regidor replica que es necesario ajustar partidas cuyo coste varía. “Y eso no se puede hacer sin una modificación que tiene que aprobar el pleno”, advierte. Y para ello necesita el apoyo o la abstención de alguno de los grupos de la oposición. “El bloqueo también está afectando al planeamiento urbanístico de la segunda fase del Parque Tecnológico de Leganés, y vamos a perder a la empresa El Pozo, que serían 25 millones, además de 500 empleos directos”, sostiene.
En medio de este clima tormentoso, el regidor afronta una remodelación municipal en la que cambia las funciones de sus concejales, sin que ninguno deje el equipo de gobierno. Solo mantiene el mismo puesto el edil encargado de Asuntos Sociales. “No se trata de premiar o castigar a nadie, es una redistribución de áreas. Simplemente ya se habían alcanzado objetivos y de esta manera quiero seguir manteniendo la garra política”, asegura.
“Está es la enésima crisis de gobierno. Ha echado a asesores, a directores generales, a dos interventores... Es el mismo caos dado la vuelta”, opina Rafael Gómez Montoya, portavoz del PSOE y anterior alcalde de la localidad. Detrás del parón de la ciudad, sostiene el socialista, solo se encuentra la nefasta gestión del PP, que “lo único que hace es echar balones fuera y culpar a la oposición”. No le darán su apoyo hasta que no readmita a los 38 trabajadores interinos que despidió en diciembre pasado “sin ninguna causa”, sostiene el portavoz del PSOE. También le exigen una declaración expresa de apoyo a los cuatro policías municipales que el regidor expedientó por supuesto tráfico de influencias y falsedad en documento público, que ahora se van a reincorporar porque el juez ha sobreseído la causa al no encontrar indicios de criminalidad.
“Nuestro grupo se abstuvo en los presupuestos de 2012 para que salieran adelante, pero el PP no ha cumplido ninguno de los pactos a los que se llegó entonces”, sostiene el socialista. Entre ellos, poner en marcha dos escuelas infantiles, un nuevo plan de inversiones y una ayuda especial de 400 euros para los vecinos que no ingresan nada. “Además, en la modificación presupuestaria quiere eliminar un millón de euros de asuntos sociales y medio millón de las partidas de fomento del empleo. Algo que no podemos consentir desde nuestro grupo”, puntualiza Gómez Montoya.
La oposición exige al alcalde que readmita a 38 empleados públicos
Rubén Bejarano, coordinador general de IU en el municipio y diputado de la Asamblea de Madrid, piensa que el alcalde no tiene ningún modelo de ciudad y justifica su fracaso culpando a la oposición. “Lo que tiene que hacer es reunirse con nosotros, intentar llegar a acuerdos para sacar adelante los proyectos de Leganés”, observa.
El regidor no acaba de entender esta actitud si no es como justificación de una futura moción de censura contra el PP. ULEG ya lo intentó en enero. No lo logró porque, tanto su agrupación como el PSOE, consideraban que el alcalde debía salir de sus respectivas filas. “Nosotros seguimos dispuestos a negociar, pero el candidato tiene que ser socialista, al ser los que más concejales conseguimos en las últimas elecciones”, aclara Gómez Montoya. Desde ULEG argumentan que su partido fue el que más subió en sufragios, de un concejal a cuatro, y dado que los socialistas perdieron cuatro representantes, el regidor debería salir de sus filas. IU apoyaría la moción si estos dos grupos consiguieran resolver sus discrepancias y el proyecto fuera acorde a los planteamientos políticos de su grupo.
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