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PROPIEDADES

Atención: ¡obras de edificación de viviendas en marcha!

Dos promociones de vivienda han puesto la primera piedra en Valdebebas Algunos cooperativistas llevan seis años luchando para conseguirlo La entrega de llaves será a finales de 2014

J. Ramón Tejedor y Esther Martín, de los consejos rectores de dos cooperativas.
J. Ramón Tejedor y Esther Martín, de los consejos rectores de dos cooperativas.

Dos periódicos del día de tirada nacional, unas monedas de curso legal, el acta de la obra y dos CD con los proyectos en una urna de metacrilato. Son las dos de la tarde en una parcela que se ha excavado para edificar sobre ella. Se celebra la colocación de la “primera piedra” que consiste en enterrar la urna. Es la versión moderna de una práctica sumeria de hace más de 5.000 años cuando se introducían clavos de arcilla en los muros, con inscripciones alusivas a la propiedad del inmueble.

Estos clavos grabados pueden admirarse en una exposición sobre Mesopotamia en Madrid y, también podría ser digno de asombro que se coloque una primera piedra con la situación inmobiliaria, jurídica y económica actual.

Se trata no de una sino de dos promociones en régimen de cooperativa de 32 y 42 pisos. Son dos de las nueve promociones —suman 472 viviendas— que gestiona en Valdebebas Ibosa. Su director general, Juan José Perucho, explicó que forman una mancomunidad para compartir zonas comunes optimizar costes.

Los suelos han sido adquiridos a Bisbel, empresa de César Cort, presidente de la junta de compensación de Valdebebas, y a Inmobiliaria Espacio. Para ellas hubo reconocimiento público por lo que supone de esperas y concesiones. La entidad que, aunque con retrasos, ha tenido el valor de financiar, es La Caixa. El compromiso de dar el crédito había sido adquirido antes de que la sentencia del Supremo que anulaba el planeamiento de Valdebebas se convirtiera en un nubarrón amenazante.

Los cooperativistas cuentan con obtener la licencia de edificación porque  en Las Cárcavas el Ayuntamiento ya ha recibido las obras de urbanización

En ese acto de inicio de obras que patrocinaba la constructora abundaban los cooperativistas, junto con la gente del sector. Ese hito suponía cerrar una primera etapa en una larga carrera de obstáculos. Algunos llevan más de un lustro. Es el caso del presidente del consejo rector de Residencial Columba, Juan Ramón Tejedor, que se remonta a más de seis años: “Formaba parte de un grupo de gente de unos treinta años que coincidimos en plataformas y foros buscando soluciones para conseguir vivienda a un precio razonable para jóvenes. Nos autodenominábamos ‘burbujistas convencidos’. Éramos unos 25 y nos centramos en Valdebebas porque vivíamos en Hortaleza y la zona nos gustaba. Nos propusimos comprar en bloque para conseguir descuentos o autopromover, y llamamos tanto a promotoras como a propietarios de suelo. Una de las promotoras más grandes negaba la burbuja y rechazaban cualquier descuento y vaticinó que no conseguiríamos suelo en Valdebebas. Era finales de 2006 y no obtuvimos resultados hasta que dimos con José Manuel Góngora, de la Inmobiliaria Espacio. Ellos sí reconocían que el sector se iba a enfrentar a una crisis y centraron su actividad en zonas que iban a resistir mejor, caso de Valdebebas”, explica.

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Alcanzaron el compromiso de que, cuando promovieran, les venderían las viviendas. Espacio se ahorraba costes de comercialización y ellos conseguían un precio ajustado. La inmobiliaria estimaba que las promociones que promoverían sería de unas 150 unidades por lo que, prosigue Tejedor, “entre amigos, compañeros y familiares, en menos de un mes cerramos una lista de 200 demandantes interesados en vivienda y con la condición de que nadie podía mercadear con el número de inscripción”.

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La lista, con nombres y DNI,estuvo activa durante un año a la espera de que se aprobase el plan parcial. “A finales de 2008, Góngora nos indicó que, por una necesidad de liquidez, tenían que vender parte del suelo. Y nos presentó al equipo de Ibosa ya que una cooperativa que gestionaba iba a comprar una de las parcelas”, según Tejedor.

“Empezamos a entablar negociaciones con Ibosa para buscar un suelo alternativo, pero el presidente del consejo rector de la cooperativa que iba a comprar la parcela destinada a nosotros inicialmente quiso forzar un cambio de condiciones en el momento de la firma de la compra y dio al traste con la operación”. Tejedor no lo dudó y propuso que su grupo comprara el terreno largamente perseguido. Problema: tenían que disponer de 40.000 euros cada uno en una semana, —una situación radicalmente distinta de la inicial en la que la promotora presentaría un plan de pagos asumible— y, además, tenían que constituirse en cooperativa.

Solo 15 dieron un paso al frente de los 17 que, como mínimo, era aconsejable para cerrar la compra y tenían un plazo de seis meses para llegar a los 32 necesarios para completar la promoción. El cierre y la firma de la operación supuso reencontrar a Góngora, con el que ya venía negociando desde años anteriores, y vincularse con Ibosa. Aunque han seguido participando intensamente en todas y cada una de las decisiones sobre promoción y vivienda.

“En abril, el mismo mes de la firma, Ibosa completó la cooperativa en solo día en el Salón Inmobiliario”, indica Tejedor. Después vino el acuerdo con la cooperativa de la parcela colindante para compartir zonas comunes, obras y gastos”.

Las dos cooperativas forman una mancomunidad lo que les permite ahorrar en costes y compartir zonas comunes

No todo ha sido fácil. La obtención de la licencia de obras fue otro episodio que recordarán. Llegó también la citada sentencia del Supremo aunque cuando se hizo pública ya habían conseguido el préstamo al suelo, una baza importante para lograr el préstamo al promotor, que también se hizo de rogar. Más reuniones y más lucha...

Hasta finales de 2014 no está prevista la entrega de llaves, con lo que esperan que esté resuelto el problema suscitado por la sentencia. En Valdebebas la junta de compensación y las gestoras cuentan con que, como mucho en septiembre, estaría subsanado el problema por más que el camino esté jalonado tanto de reclamaciones legítimas como de zancadillas interesadas.

Los informes jurídicos de la junta de compensación consideran que, al estar en Las Cárcavas —un ámbito con las obras de urbanización recepcionadas antes de la sentencia— conseguir la licencia de primera ocupación será automático.

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