El estudio de Gonzalo Chillida
El Koldo Mitxelena acoge la primera retrospectiva del pintor donostiarra
"Salía a la mar, al monte y pintaba". El estudio de Gonzalo Chillida (San Sebastián, 1926-2008) tiene desde hoy una nueva ubicación. La sala Ganbara del Koldo Mitxelena acoge hasta el 15 de junio la primera retrospectiva del pintor, una exposición que reúne alrededor de un centenar de obras, la mayoría inéditas, según han explicado sus hijos, Alicia y Javier Chillida, comisarios también de la muestra. Óleos que el artista "porque o bien le gustaban, o posteriormente le servían como base para otros", decidió retirar de la venta y "guardarlos cuidadosamente en su estudio" durante años.
Chillida es un pintor de mares, olas y los surcos que éstas dibujan mientras moldean la arena de la orilla. A través de los cuadros expuestos, muchos pintados en un cartón y para la muestra presentados sobre una lámina de abedul, bucean en la "intimidad" del artista, Medalla de Oro a las Bellas Artes (2001), hermando de Eudardo Chillida, y siempre alejado de los focos y la notoriedad.
El pintor, autor principalmente de óleos de mediano y pequeño formato, encontró en la naturaleza su inspiración. Su producción arranca en los años 50 con paisajes de Castilla y bodegones. Estudió Bellas Artes en Madrid y Segovia y Ávila le sirvieron como modelos. "Le encantaba el paisaje de Castilla, siempre decía que era como un gran mar", ha explicado su hija Alicia.
Esos primeros cuadros reflejan, según los comisarios de la muestra, un momento vital del artista, en el que todavía no había encontrado su hueco en la pintura. Obras que se contraponen en el recorrido de la exposición con los últimos óleos de Chillida y que al observarlos puede parecer que "se tratara de dos pintores distintos".
La exposición se completa con una serie de fotografías, tomadas por el propio artista, un apunte sobre el que luego, una vez "evadido", pintar sus cuadros. La muestre también recoge algunos de los ejemplos de trabajos que realizó para el mundo de la arquitectura, como la pintura que ideó para el ábside de iglesia de Benta Berri, en San Sebastián.
Los hijos del artista han anunciado además la puesta en marcha de una web dedicada a su padre, que incluye un catálogo de su obra que esperan poder ampliar gracias a la documentación aportada por los coleccionistas que posean obra de Chillida. Porque la idea es un futuro poder montar una exposición antológica sobre un pintor silencioso, considerado uno de los más destacados paisajistas entre los abstractos.
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