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Demasiadas ausencias ensombrecen un partido grande

Las bajas del equipo rojiblanco minimizan sus posibilidades ante la superioridad del Real Madrid

Iker Muniain, en primer plano, en el entrenamiento del Athletic.
Iker Muniain, en primer plano, en el entrenamiento del Athletic.Alfredo Aldai (EFE)

Desde siempre, la visita del Real Madrid a San Mamés es una de las dos citas imprescindibles para el aficionado del Athletic. De las que están llamadas a llenar la cuenta corriente del club rojiblanco como ocurre ahora con el pago obligado para los socios. La siguiente, la del Barcelona.  Así las cosas, todavía la Real Sociedad no aporta el gancho suficiente a pesar del atractivo de un derbi vecinal para desbancar a los equipos intratables de la Liga española.

Ante semejante expectación, al Real Madrid siempre se le tiene ganas en Bilbao. Bielsa lo vino a decir de una manera eufemística, alegando a la reacción contradictoria que provoca la camiseta blanca. Es algo histórico que está extendido en el ADN del aficionado rojiblanco. De hecho, corre la leyenda de que a los históricos seguidores del Athletic les valía una victoria sobre los madrileños para justificar una temporada mediocre. Posiblemente el conformismo se ha extendido por alguna generación más.

Ocurre que ante la nueva visita del Madrid, el Athletic sufre el virus de las ausencias. Todo por culpa de la sucesión de amonestaciones que encontró en Sevilla el golpe de gracia. A tal extremo llega la debacle que afecta prácticamente al bloque medular de los titulares, aunque Andoni Iraola, renqueante toda la semana, va a exprimir al máximo sus posibilidades para mantenerse en el equipo. Pero la ausencia de De Marcos, Gurpegui y Aduriz desarman la línea estratégica de un Marcelo Bielsa consciente de que tantas bajas minimizan las posibilidades de plantar cara con entereza a un Real Madrid muy superior de salida.

Quizá para equilibrar las ausencias, el Real Madrid también alimenta la enfermería. Alvaro Arbeloa, Michael Essien, Mesut Özil y Kaká son bajas por lesión. Aitor Karanka lo ha confirmado antes de salir de viaje hacia Bilbao. El segundo entrenador blanco se deshizo en elogios hacia el Athletic y San Mamés. Bien sabe las escasas simpatías que la afición rojiblanca dispensa a su actual club y de ahí que prefiera recurrir a la elegencia con el club que le proyectó un día.

Pese a tantas lesiones, Jose Mourinho dispone de los recursos suficientes para seguir asustando con su equipo inicial. En su visita anterior, se pasearon en pleno éxtasis por sus éxitos ligueros. Ahora, su cabeza piensa mucho más en la Champions donde tiene el reto inmediato del Borussia Dortmund, aunque la diferencia con respecto a un Athletic diezmado es palmaria.

En Bilbao, no obstante, se librará otro capítulo del culebrón Casillas. Aquel prometedor portero del Real Madrid que debutó en San Mamés en septiembre de 1999 no sabe si jugará por última vez en este campo antes de su demolición. Karanka no despejó las dudas y Mourinho sigue encantado con alargar esta situación de incertidumbre para un portero internacional que no sabe si tiene opciones de recuperar su puesto perdido por una lesión.

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En este escenario, el aficionado menos pasional del Athletic cruza los dedos para que la superioridad del Real Madrid no pulverice el marcador. Al lado, quienes entienden que son partidos para jugar con el corazón. Además, para que no falte de nada en el ambiente juega Fernando Llorente de salida. Su compañero Fernando Amorebieta, otro de los que dejará el Athletic a final de temporada, sigue aquejado de su eterna lesión. La otra cara de la temporada.

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