Trece años de plástica ochentera en 19 nombres

Toda una década de arte figurativo gallego condensado en los cuadros de 19 pintores. Los 'ochenta', años convulsos de cambios políticos y sociales agitados por la libertad artística que sucedió al posfranquismo, son los protagonistas de la nueva propuesta expositiva del centro cultural 'Torrente Ballester' (CTB) de Ferrol que hoy abre sus puertas con obras de Vari Caramés, Francisco Leiro, Menchu Lamas, Manuel Vilariño o Antón Patiño.

'Afluentes 80. Debuxando un mapa', es un resumen pictórico de trece años de plástica galaica (de 1980 a 1993) reunida por primera vez en una exposición que nace de la colaboración de la concejalía ferrolana de Cultura y la Fundación Novacaixagalicia. Se trata de la segunda entrega de una propuesta artística mucho más ambiciosa que ha recopilado, por primera, los 45 años de la figuración gallega en tres tramos.

La primera parte, 'Afluentes 68', arrancaba con los primeros trabajos a finales de los años sesenta y termina donde empieza 'Afluentes 80'. Este tramo intermedio es uno de los más prolíficos e interesantes, subrayan los comisarios de la muestra. Muchos de los artistas que ya cuelgan de las las paredes del Torrente estaban vinculados al movimiento 'Atlántica', que supuso la renovación de la plástica gallega, y otros como Tono Carbajo, Isaac Pérez o Din Matamoro trabajaron en paralelo pero de forma independiente. El primera parte de 'Afluentes' se inauguró en noviembre del 2012 y ha estado expuesta en la ciudad naval los cinco últimos meses. 'Afluentes 80' toma el relevo en las hasta el 30 de junio y en noviembre aterrizará en el mismo espacio 'Afluentes 94', la tercera y última entrega que cierra el ciclo en febrero del 2014. Ferrol será la única de las ciudades gallegas que exponga las tres partes de 'Afluentes' de forma consecutiva.

De forma paralela, el Torrente Ballester estrena hoy otra muestra pictórica con un artista local, como epicentro y protagonista único.

'Loureiro, perfís de realidade' repasa en 200 obras los últimos años de trabajo de José Loureiro, “un pintor intuitivo, curioso, observador y fiel a una estrategia”, lo define el edil de Cultura, Manuel Reyes. Sus cuadros exploran el paisaje jugando con la luz y experimentando con la profundidad y los volúmenes en lienzos y esculturas que reflejan el peso de la influencia arquitectónica de Le Corbusier y trazas del expresionismo abstracto de Mark Rothko. La exposición podrá verse hasta el 30 de agosto.