Bretón niega que pegase a su hijo
El fiscal pide nueve meses de cárcel por un presunto episodio de malos tratos
José Bretón se ha sentado esta mañana en el banquillo de los acusados de la Audiencia Provincial de Córdoba. Pero no lo hace por el presunto doble asesinato de sus hijos, Ruth y José, sino por una causa separada de la instrucción de ese caso: un episodio de presuntos malos tratos a su hijo dos meses antes de que desapareciesen.
Durante los interrogatorios de la larga instrucción que investigó qué pasó con los dos hermanos, una testigo, vieja amiga de la familia, relató cómo Bretón asestó un fuerte bofetón a su hijo, que entonces tenía un año y 11 meses. Aquello ocurrió mientras la madre del pequeño, junto a la hermana de este, hacían cola para pedir en una cadena de comida rápida. El padre, a cargo del hijo pequeño, le arreó en la cara cuando el chiquillo chupó el filo de la mesa a la que estaba sentado.
Según el testimonio de esta mañana de la amiga que vio los hechos, la criatura ni lloró ni mostró expresión alguna tras recibir el golpe. “Giró la cara por el bofetón, pero no lloró, como si ya estuviese acostumbrado”. La testigo afirma que no le dijo nada a Ruth sobre lo ocurrido. “Sólo se lo comenté a mi marido en el aparcamiento”. La mujer insistió en que “no denuncié porque pensé que pertenecía a la intimidad de la familia”. Bretón ha negado los hechos y ha dicho que “es totalmente falso que haya pegado a mi hijo”. Es más, niega la mayor, afirmando que no recuerda haberse quedado solo con la denunciante.
La testigo y su marido, que también ha declarado, recordaron que la tarde de los hechos había sido muy tensa. José le respondía muy mal a su esposa. “En un momento en el que los dos estaban en la cola para pedir y Ruth le preguntó qué le apetecía, José le respondió a voces: ‘Tú pídete lo que quieras que yo tomaré lo que me salga de los huevos”.
La defensa de Bretón vertebra su estrategia en que la testigo que acusa al padre de los hechos no es imparcial, pues en su primera declaración, durante la instrucción por los asesinatos de Ruth y José, aseguró: “No me cae nada de bien José Bretón y, desde que pasó todo esto, me cae mucho peor”. Además, el abogado José María Sánchez de Puerta, que representa al acusado, recriminó que la testigo no denunciara ni advirtiera de los hechos a la madre de los chiquillos. “Que no vengan con historias de que este asunto pertenece a la intimidad de la familia. De haber ocurrido realmente, habría merecido un reproche o una denuncia que no existió”. La defensa refuerza su tesis en el hecho de que el niño no llorase. “Un crío de dos años es incapaz de contener el llanto por un hecho así, en un acto reflejo que aflora”, afirma Sánchez de Puerta. Asimismo, llama la atención de que no existiesen marcas en el menor ni un parte de lesiones.
En sus conclusiones, el fiscal ha destacado la coherencia del relato de la testigo de la acusación y de su marido, que también ha declarado. “Ha sido una declaración coherente, continuada y sin fisuras (…) La testigo no se puede inventar todos esos detalles porque no tiene ningún sentido que se los invente”. Por ello, mantiene la solicitud de nueve meses de pena de cárcel. La acusación particular, que representa los intereses de Ruth Ortiz, madre del niño supuestamente agredido, también mantiene su petición. El juicio ha quedado visto para sentencia.
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