La fundación Norbera atiende a 1.361 adolescentes en 15 años

Norbera, una fundación que trata a adolescentes en situación de riesgo y sus familias, ha atendido en sus 15 años de historia a 1.361 jóvenes. El 43% de los tratados presentó una evolución positiva, en concreto, 391 tuvieron una mejora significativa y 195, una mejora parcial, según datos presentados por los responsables de la institución esta mañana en San Sebastián. La asociación dio el alta a 776 adolescentes tratados, mientras que el resto, 534 sólo comenzaron la fase diagnóstica, sin llegar a la de intervención.

La institución, por cuyas manos pasan jóvenes de entre 14 y 18 años, ha destacado que el entorno familiar es fundamental para el tratamiento de los problemas que presentan los chavales y su posterior solución, por lo que no sólo atienden a los adolescentes, también a sus padres, a excepción del 5% de chicos "no acompañados" bajo tutela de la Diputación de Gipuzkoa, ha puntualizado el director técnico de Norbera, Alberto Ruiz de Alegría, acompañado por la directora de programas de la Fundación Izan, de la que depende la asociación, Izaskun Sasieta. La demanda de atención "crece lentamente y de forma constante", han explicado los especialistas.

Los programas diseñados por Norbera incluyen un mínimo de ocho sesiones destinadas a los adolescentes a lo largo de 15 días y entre cuatro y cinco sesiones mensuales para los familiares. "Un volumen de actividad alto", como ha reconocido Ruiz de Alegría, pero imprescindible para "crear un vínculo con el adolescente" y poder hacer frente a los problemas de cada joven.

La mayoría de personas tratadas son derivadas a Norbera por indicación del colegio e instituto, el 53,3% llegan hasta la fundación por problemas escolares, según precisan los chicos al ser preguntados por los especialistas, el 55,2%, por conflictos en el ámbito escolar y el 46,7%, por consumo de drogas. Sólo el 23,6% de los tratados apunta algún problema personal como razón de su tratamiento, mientras que si se le hace la misma pregunta a sus familiares, el 43,2% argumenta este tipo de conflictos.

La mayoría de chavales llega hasta la institución derivados por el colegio

La fundación además ha apuntado que el consumo de cannabis infiere directamente en determinados problemas escolares, como el abandono. Una encuesta elaborada entre 423 de los adolescentes tratados arrojó que el 59,8% consume cannabis de forma elevada, muy por encima del alcohol (34,8%).

Ruiz de Alegría también ha recordado que determinados valores en torno a la familia y el respeto a los progenitores han cambiado, provocando un aumento de los niños que agreden o insultan a sus padres. Una situación, como ha destacado el especialista, que por ejemplo no se registró en los años duros de consumo de heroína en los 80 y principios de los 90, en los que los jóvenes toxicómanos no presentaban este tipo de conductas, a pesar de verse envueltos en diversas actividades delictivas.

Más de la mitad de los jóvenes tratados, el 55,82%, proceden de familias tradicionales, en las que sus progenitores permanecen casados, mientras que el resto se divide entre matrimonios divorciados y separados (32,2%) o progenitores viudos (7%). La escala social no determina que un joven pueda o no terminar en uno de estos programas, ha advertido Ruiz de Alegría. La edad media de las personas que han participado en los diversos programas es de "16 años recién cumplidos, justo la mitad de la adolescencia", según Ruiz de Alegría, una cifra además que se ha mantenido estable a lo largo de los años.

Si se atiende al sexo de las personas tratadas el 64,7% son hombres, frente al 35,3% de mujeres. Los porcentajes históricos indican que el número de chicas tratadas ha descendido de un 43,4% entre 1998 y 2002, un 35,3% entre 2003 y 2007 y un 31,05% los últimos cinco años. Una cifra que sin embargo se ha incrementado los primeros meses de 2013 hasta alcanzar un 38%, según ha señalado Ruiz de Alegría.

Los responsables de Norbera además han anunciado la celebración de las jornadas Adolescencia y su realidad en época de crisis, que se celebrarán el 18 de abril en la facultar de Psicología de la UPV, en San Sebastián, un encuentro para el que ya están agotadas todas las plazas.