La presión municipal liquida el ERE en FCC y la huelga en la recogida de basuras
La empresa retira el expediente de regulación tras varias reuniones con el Ayuntamiento Los trabajadores desconvocan los paros previstos a partir del próximo lunes
La presión del Ayuntamiento de Madrid (Partido Popular) ha llevado a Fomento de Construcciones y Contratas a retirar el expediente de regulación de empleo que afectaba a 146 de los 1.580 empleados que prestan el servicio de recogida de basuras en la capital.
En consecuencia, los trabajadores desconvocarán con toda probabilidad en las próximas horas la huelga indefinida que debía comenzar el próximo lunes, según adelantaron los sindicatos UGT y Comisiones Obreras.
La mediación entre la empresa y los trabajadores llevada a cabo por el delegado municipal de Medio Ambiente, Juan Antonio Gómez Angulo, por indicación de la alcaldesa, Ana Botella, ha sido fundamental porque el Ayuntamiento tenía en este caso la sartén por el mango. FCC se encarga de la recogida de basuras en la capital desde los años 40.
En la actualidad, la empresa tiene los contratos públicos de recogida en el centro (470 millones de euros) y en la periferia (688 millones). El de centro (dividido en dos lotes) lo ganó en 2006 por nueve años. El de la periferia, concedido en 2002, finalizaba el 1 de enero.
El Ayuntamiento intentó cambiar el modelo, pero solo recibió una oferta, precisamente de FCC, por un coste superior al fijado. El cambio fracasó. El contrato se prorrogó un año.
En las condiciones de los contratos de 2002 y 2006 se estipulaba un número mínimo de trabajadores: solo el de la periferia ya rozaba los 1.500. El expediente de regulación de empleo comunicado por FCC el pasado día 2 reducía pues el número de trabajadores del servicio por debajo de lo estipulado en los contratos.
Los nuevos contratos que prevé licitar este año el Ayuntamiento para prestar los servicios municipales de limpieza viaria, mantenimiento, jardinería, etcétera, no incluyen este tipo de cláusulas mínimas de personal. Los representantes de los trabajadores temen así que las empresas concesionarias decidan eliminar empleo para ahorrar costes, toda vez que las licitaciones se hacen a un precio muy inferior al de anteriores ocasiones.
De hecho, los trabajadores del servicio de basuras ya realizaron una huelga de tres días el año pasado, entre el 17 y el 19 de noviembre, por temor a que se produjeran “cientos de despidos” tras la concesión del nuevo contrato de la periferia, que caducaba el 31 de diciembre.
El Ayuntamiento deseaba cambiar el modelo de concesión, eliminando esas cláusulas mínimas de empleo. En realidad, la reforma del sistema es mucho más profunda: en vez de realizar un control cuantitativo (cuántos trabajadores o camiones recogen la basura), se adopta uno cualitativo (se mide que la basura se recoja adecuadamente). Para ello, se imponen unos objetivos mesurables técnicamente, y se aplican sanciones de hasta el 30% del pago comprometido en caso de incumplimiento.
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