Bibliotecas para buscar empleo
Los centros de lectura se consolidan como puntos de formación para desempleados Más de 21.000 personas se inscribieron en los cursos en 2012 Los recortes obligan a reducir los días de clases en los equipamientos
Tarde del jueves en la biblioteca Francesc Candel del barrio de la Marina, de Barcelona. Habilidades de comunicación en la búsqueda de trabajo, es el nombre del taller que imparte un psicólogo, contratado por el Consorcio de Bibliotecas de Barcelona: 14 personas, 14 parados. El más joven, de 28 años. La mayoría pasando de los 40 y unos cuantos más allá, pintando canas. Casi empate entre hombres y mujeres.
No llevan mucho tiempo sin empleo, como máximo dos años. El cuadro es heterogéneo: un chófer, una maestra de infantil, un informático, técnicos industriales, una administrativa, una limpiadora... Muchos de ellos son usuarios de la biblioteca, otros están en itinerarios de formación y cursos de Barcelona Activa y así se han enterado del taller.
Las bibliotecas se han convertido en un agente activo para facilitar instrumentos en la búsqueda de trabajo y en la alfabetización digital. Los primeros cursos de capacitación digital se impartieron en 2010 pero el tirón de usuarios se produjo el año pasado en paralelo a la progresión del paro. En 2011, se inscribieron 17.500 usuarios y el año pasado 21.200, un incremento de un 20%. Y eso que, como todo, el presupuesto de las bibliotecas no se libró de los recortes. Es decir, más con menos.
Los recortes
Desde lo básico —la utilización del ratón y los primeros pasos— a cursos de fotografía digital. Se imparten en las aulas de formación básica en Internet —conocidas como las Antenas Cibernàrium— y están ubicadas en los espacios multimedia de 13 bibliotecas de la ciudad. El único requisito es tener el carné de las bibliotecas de Barcelona. “Lo que se persigue es fomentar el uso de las nuevas tecnologías”, explica Anna Bröll, directora de Coordinación y Servicios de las Bibliotecas de Barcelona. Y evitar la brecha social que puede producirse en la población con menos recursos.
Bröll añade que entre los inscritos predominan las mujeres: son un 59%. Por franjas de edad, el 91% de los usuarios son mayores de 40 años. Un 42% son pensionistas y un 39% están en paro. El nivel de estudios mayoritario es de primaria, un 43%, y el 37% terminaron secundaria.
Un vistazo al espacio multimedia de la biblioteca Francesc Candel lo corrobora. “No pocos han llegado a la biblioteca por primera vez al quedarse en paro porque la renovación del desempleo se hace telemáticamente. O no tenían ordenador en casa o, lo tienen, pero no Internet y, además, no sabían cómo hacerlo. Después se hicieron el carné de la biblioteca y se han ido apuntando a las actividades y cursos”, explica Ángels Migueles la directora de la Francesc Candel. Pero también hay usuarios previos a quedarse en paro.
Cada biblioteca fija para un día a la semana los cursos. En 2012 eran dos, pero se ha reducido con los recortes presupuestarios. Los usuarios de las bibliotecas tienen 52 horas gratuitas de Internet al mes y wifi ilimitado. También impresoras y pueden escanear documentos. Que esos programas funcionan lo evidencia la tasa de ocupación que ha pasado de un 60% en 2010 a un 88% del año pasado.
Además, 10 bibliotecas de la ciudad —eran ocho en 2012— realizan cursos especialmente orientados a la búsqueda de trabajo dentro de un convenio con Barcelona Activa. Cómo moverse por Internet para buscar los canales y páginas de empleo, cómo hacer un currículum o como preparar una entrevista de trabajo son algunos de los talleres que se hacen. Son las bibliotecas situadas en barrios más castigados por la crisis económica las que más participación tienen, como las de Ciudad Meridiana o Bon Pastor.
En 2012 se hicieron 200 cursos en los que participaron 900 personas. Todas en paro, un 60% hombres y la franja de edad por encima de los 40. La mayoría, 6 de cada 10, son españoles y el resto con extracomunitarios, principalmente de África y América del Sur. Un 48% de ellos tienen estudios primarios y el 45% acabó la secundaria.
Dar la mano con decisión, pero sin triturar
La charla Habilidades de comunicación en la búsqueda de trabajo, en la biblioteca de Francesc Candel la da Miquel Pérez, formador especializado. Frente a él, 14 desempleados ponen cara de interrogante cuando dice que sean optimistas: "Y no me digáis aquello de que un optimista es un pesimista mal informado", remata
Cómo sentarse en una entrevista de trabajo, cómo dar la mano —“con decisión, pero sin triturar”, subraya—, nada de hablar a un palmo del entrevistador, ni mucho menos dejar cosas como el bolso o el teléfono encima de la mesa. “La mesa es sagrada, es su territorio, no lo podéis invadir”, insiste. El aspecto, la vestimenta, la actitud, la preparación de las entrevistas, como buscar información previa de la empresa o actividad... “Hay que ensayarlas y grabarlas, así veréis los defectos y los podréis corregir”, informa. Con los currículos, dice que no deben ser exhaustivos.
Y trucos. Hay que mirar a los ojos del entrevistador. “Si su mirada es dura, podéis fijar la vista en el triángulo que forman las cejas y la boca”. “Buscar trabajo es un trabajo”, les advierte a la vez que les aconseja marcarse una rutina, con horarios: “Y sobre todo, no desfallecer”. El taller dura hora y media. Salen con cara más animada.
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