El cuarto de juegos de Selim Varol

“El público se queda fascinado cuando ve la colección reunida”. Entre risas, el coleccionista alemán de origen turco Selim Varol comenta la impresión que causa entre sus invitados a casa, en Düsseldorf (Alemania), su interminable colección de juguetes y piezas de arte urbano que ha logrado reunir en los últimos años con la complicidad de su familia. Varol posee una de las mayores colecciones del mundo de juguetes de diseño y ediciones de arte, un guiño al arte urbano y a la iconografía de una época y generación, como son la década de los años 90 y principios del siglo XXI hasta la actualidad. Piezas que se pueden visitar hasta el 16 de junio en el Centro de Arte Contemporáneo de Málaga, cuyas salas lucen abigarradas por los más de 1.300 artículos, juguetes y otros objetos procedentes de la colección de Selim Varol, formada por 15.000 piezas de diseño.

Grafitis del cotizado Bansky y obras de otros renombrados personajes de la escena artística actual, como KAWS, ZEVS, Shepard Fairey, Daniel & Geo Fuchs, Audrey Kawasaki, FUTURA o JR, que han diseñado juguetes y otros artículos con un inconfundible sello personal, se mezclan en At home I’m a tourist (En casa soy un turista), la inmensa juguetería en la que Varol ha convertido el CAC Málaga con objetos de culto reciente, como los carteles de la primera campaña presidencial de Barack Obama. Fotos de personalidades de diferentes épocas o personajes del cómic intervenidas al más puro estilo pop-art de Warhol, gigantescos carteles, como los dólares en los que se lee “obediencia”, y un sinfín de juguetes de estética japonesa o sello estadounidense —urban vinyl, o pequeños muñecos creados por artistas como Michael Lau, el grafitero KAWS o Takashi Murakami— se reparten a centenas por las salas.

“Creo que todos nacemos con el instinto de cazadores-recolectores, que implica esencialmente que buscamos cosas y las coleccionamos”, explica Varol sobre su pasión. “Coleccionar arte es una manera de capturar trozos de tiempo y de cultura”, añade el coleccionista, que asimila este ejercicio de reunir objetos con el de “crear una familia que va creciendo con el tiempo”. Un tiempo que Varol ha aprovechado bien hasta poder reunir piezas de 200 artistas diferentes y 20 países distintos.

“Estos juguetes y ediciones de arte tienen un sello muy personal. La firma de un artista. Una mirada única, especial e inconfundible que hace que un simple objeto infantil se convierta en una pieza de arte. Una reinterpretación de personajes de cuento y de cómic. Un aspecto nunca antes visto de animaciones que han ayudado a crecer a una generación entera y que se les representa de una forma diferente, lejos de esa habitación infantil o de esa galaxia de fantasía. Ahora están en una vitrina, en la pared o sobre una peana, representando otro papel y transformando el discurso infantil en una conversación adulta de la pieza artística con el espectador”, señala Fernando Francés, director del CAC Málaga y comisario de la muestra.