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Una cruz para ‘marcar’ al traidor

Juzgados los miembros de la banda los Trinitarios Los acusados grabaron un aspa en la espalda de un joven que pretendía dejar el grupo

Jesús García Bueno

Anthony M. ya era un Trinitario más: jugaba a baloncesto con miembros de la banda, se iba de fiesta y pasaba ratos en la playa con ellos. Pero empezó a dejarse ver con miembros de una banda rival, la Mara Salvatrucha, y lo pagó. “Se había pasado, se juntó con las maras y empezó a liarla y a buscar problemas”, declaró ayer John Mayki O., un soldado—el escalón más bajo en los Trinitarios— en el juicio contra siete miembros de la banda que dejaron un recuerdo imborrable a Anthony: una cicatriz de 50 centímetros en forma de aspa en su espalda.

Los hechos ocurrieron el 21 de marzo del año pasado. Los chicos jugaban a baloncesto en la Via Favència de Barcelona. Mario A., el disciplina (encargado de “dirigir los castigos”, según el fiscal) llamó a John Mayki y a otros soldados y llevaron a Anthony a una zona boscosa. “Los de arriba, mis superiores, me han dicho que ya no vas a ser más Trinitario”, le espetó Mario, según el fiscal, que pide 14 años de cárcel para algunos acusados, que están en prisión provisional. “Da gracias que te hemos marcado y no te hemos matado”, añadió.

En su declaración en la Audiencia de Barcelona, el disciplina admitió que propinó “30 o 40 tablazos” en las nalgas a la víctima con una tabla que halló en el descampado. Es una de las formas de castigo de los Trinitarios, nacidos en una cárcel de Nueva York a final de los 80 e implantados en Cataluña desde hace seis años. Otro castigo es marcar una cruz en forma de aspa de grandes dimensiones que deje “cicatrices bien visibles”, según el fiscal.

El fiscal solicita seis años de cárcel por lesiones con alevosía y ensañamiento

Mario A. negó haber marcado con un cuchillo la espalda de Anthony; negó incluso que fuera idea suya: alegó que recibió la llamada “de un desconocida”, pero “con acento dominicano”, que le llamó por su nombre y le dijo que debía “hacerle la X” al chico. Declaró que Anthony estaba al corriente y solo le pidió que “lo hiciera rápido”. Mario subrayó que le prestaron asistencia tras la agresión: “Le dimos una camiseta y le secamos la herida”.

Sobre los Trinitarios, defendió que son “un jóvenes” que se ayudan en un “país extranjero”. El fiscal, sin embargo, sostiene que son algo más. Además de seis años de cárcel por un delito de lesiones “con alevosía y ensañamiento”, solicita otros cinco años —ocho, para los dirigentes— por organización criminal. Los Trinitarios se financian a través de las cuotas de sus miembros y se dedican a los robos violentos y tráfico de drogas. Los encausados lo negaron.

Entre los acusados está el que era, según el fiscal, el bandera o máximo responsable de la banda en Barcelona, Walter F., alias Pukita, que negó haber ordenado la agresión. Dijo que se enteró de los hechos porque se contó la víctima en una discoteca del Puerto Olímpico. “Me dijo que le hicieron las lesiones porque quería salir de la banda. Después, me acusó y por eso estoy aquí”, se defendió.

El fiscal cree que John Mayki hizo un segundo corte “para incrementar la profundidad y el dolor”. Él lo negó y sostuvo que la víctima “aceptó el castigo”. Entró en contacto con la banda en las pistas de baloncesto y estuvo allí ese día. “Vi cómo le daban golpes hasta que se rompió la tabla. Luego ya no sé qué pasó. Estaba vigilando y tenía miedo de que viniera la policía”. Admitió que proporcionó un cuchillo, con el que se hizo la marca a Mario.

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Sobre la firma

Jesús García Bueno
Periodista especializado en información judicial. Ha desarrollado su carrera en la redacción de Barcelona, donde ha cubierto escándalos de corrupción y el procés. Licenciado por la UAB, ha sido profesor universitario. Ha colaborado en el programa 'Salvados' y como investigador en el documental '800 metros' de Netflix, sobre los atentados del 17-A.

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