Reboredo se acerca a la libertad tras recibir un indulto parcial
El Ejecutivo se pronunciará sobre la segunda cuando reciba el informe del tribunal sentenciador El extoxicómano, rehabilitado y colaborador de la unidad de apoyo a drogodependientes del Ayuntamiento de Vigo, estaba condenado siete años de cárcel por vender 0,2 gramos de heroína
David Reboredo llamó por la tarde desde prisión a casa de su padre. Se había enterado de que el Gobierno acababa de anunciar que le concedía un indulto y necesitaba más datos. “Que me abran ya la puerta”, relata su hermano Marco que le decía David a su padre al otro lado de la línea. A falta de una notificación oficial, el Gobierno anunció que concedía un indulto parcial a Reboredo para la segunda de las condenas que le han llevado a la cárcel, de tres años y medio, que ha convertido en una multa de dos euros diarios durante dos años. Sigue en pie la primera condena, de dos años de prisión, que de momento evita que este extoxicómano vigués de 43 años, rehabilitado desde hace dos tras sucumbir a la heroína en la adolescencia y que trabajaba con colectivos sociales para evitar que otros corrieran su suerte, salga finalmente libre.
Reboredo entró en prisión el 5 de diciembre pasado. En 2006 fue condenado por la posesión de 0,2 gramos de heroína a tres años y medio de cárcel. Logró que le suspendieran la pena con la condición de que se rehabilitase y aunque lo logró, sufrió una recaída en 2009 que le supuso otro juicio y una pena idéntica a la inicial, a la que se acumuló. En total, siete años por 0,4 gramos de droga, con impurezas. En abril de 2012 solicitó el indulto por ambos delitos. En los dos casos se lo denegaron, a pesar de que una decena de asociaciones, entre ellas Érguete o el grupo Imán, avalaron su recuperación.
El caso saltó a los medios y encendió la indignación popular, agitada por el precedente inmediato del perdón a cuatro mossos d'esquadra condenados por torturas. En pocos días se reunieron 200.000 firmas pidiendo el indulto mientras en Vigo se sucedían periódicamente las concentraciones de apoyo, a las que acabó uniéndose el Parlamento gallego unánimemente. Entre medias, el Supremo redujo 18 meses la primera condena.
Tres meses y diez días después ha llegado un indulto parcial, tras una nueva solicitud de la familia. “Ha sido por la presión social”, deduce su hermano, que señala que la última solicitud no es distinta a las que presentaron el año pasado. Ahora esperan un segundo indulto para la condena restante, que confían en que pueda llegar “en una o dos semanas”. En caso contrario tratarían de lograr la libertad condicional, dado que la pena vigente es inferior a dos años. “La lucha continúa”, promete Marco.
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