Crespo sabía que le investigaban por sus lazos con la mafia rusa, según la policía
“Si el ruso necesita una licencia, tendrá que aflojar”, manifestó en una conversación grabada la secretaria de Petrov
El exalcalde de Lloret de Mar y diputado de CiU, Xavier Crespo, sabía que estaba siendo investigado por sus lazos con la mafia rusa. Así lo creyó, al menos, la Guardia Civil. En un informe elaborado la víspera de la detención del capo Andrei Petrov, el pasado diciembre, los agentes llegaron a esa conclusión a raíz de una conversación telefónica interceptada entre Crespo y una de las detenidas, Pilar Gimeno, arquitecta particular de la empresa de Petrov.
En la llamada, el 14 de febrero de 2012, Gimeno le pide que interceda para modificar una zona de carga y descarga que hay frente a su oficina por una zona de aparcamiento habitual. Crespo, que anteayer fue llamado a declarar como imputado por el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, le dijo que hablaría al día siguiente con el actual alcalde, el convergente Romà Codina. “En tono amistoso”, Crespo le explicó que, como diputado, “no sufría tanta presión” y se encontraba “muy bien física y psicológicamente”. Gimeno le contestó: “Pues es lo importante, ya llegará lo que tenga que llegar”.
La Guardia Civil cree que es posible que Crespo “pudiera tener alguna inquietud” o estuviera “esperando acontecimientos”. Dado su cargo en la Comisión de Interior del Parlamento de Cataluña, “así como por otros contactos políticos”, sería factible, que “pudiera tener conocimiento de la investigación de que es también objeto, debido a alguna fuga de información”. El informe figura en el sumario del caso Clotilde, al que ha tenido acceso EL PAÍS, y detalla las presuntas irregularidades del exalcalde de Lloret.
En uno de los autos del sumario, la Audiencia Nacional sostiene que Crespo “exigió” a Petrov “una serie de favores” a cambio de otorgarle trato de favor para construir un centro comercial en la antigua plaza de toros de la localidad. En concreto, el pago de viajes a Rusia y el compromiso de patrocinar a los clubes de fútbol y de hockey de la localidad. Andrei Petrov obtuvo, en efecto, una rebaja sustancial de los impuestos para construir el centro (133.000 euros) y pagó, en tres temporadas, un total de 270.000 euros a los clubes.
Petrov aludió a ese supuesto acuerdo en su declaración. Como sabía que podía solucionar el asunto mediante “ayudas”, ofreció al Consistorio “ayuda para el pueblo”. Los responsables municipales le propusieron, siempre según su versión, que patrocinara a los clubes. Crespo, en concreto, le dijo que el patrocinio aún “iba a salirle barato” porque iba a “conseguir buenas condiciones” con el Ayuntamiento. En 2010, según esa misma declaración, dejó de pagar porque se sintió “engañado” por el Consostorio, que desde entonces le puso “todas las trabas posibles”.
Petrov dice que ofreció “ayuda al pueblo” para agilizar el centro comercial y que Crespo le pidió patrocinar el deporte
La secretaria de Petrov en la empresa Development Diagnostic Company —que, supuestamente, sirvió para blanquear 56 millones de la mafia rusa— también aludió en su declaración a la necesidad de tener contento al Consistorio. Sus conversaciones telefónicas también son reveladoras: “Si el ruso va a necesitar que le aprueben una licencia de obras, tendrá que aflojar. En Lloret las cosas funcionan así”, dice Jessica Holguín al intermediario de un empresario ruso que quiere hacer negocios en Lloret. La mujer afirma que hay que empezar con conseguir una cena con el alcalde y “pagar entre 35.000 y 40.000 euros”, aunque le previene sobre la necesidad de ser “muy discretos y no hablar de dinero por posibles grabaciones”.
Crespo viajó dos veces a Rusia. En la primera ocasión, en 2007, pagó Petrov. Allí se fraguó, supuestamente, el acuerdo ilícito entre ambos. Según la declaración del capo ruso, fue Crespo quien “tomó la iniciativa de embarcarse con su cónyuge y uno de sus hijos”. En su declaración, Petrov negó haber hecho pagos al exalcalde, pero sí haberle regalado un reloj de 3.000 euros.
Concluido el viaje, Crespo dio el contacto de Petrov a los responsables de los clubes: Josep Valls, presidente del club de fútbol y a la sazón concejal de Urbanismo; y el de hockey, Joan Lluís Perarnau. Este último admitió en su declaración que recibía “en mano” el dinero que Petrov le daba para el club. Según la versión de Valls, Crespo —defendido por el abogado Manuel González Peeters— le dijo que había “una empresa” interesada en “colaborar con el deporte local” a cambio de lucir publicidad en sus camisetas.
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