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El debate institucional

La superproducción cultural vasca

La idea de fusionar las dos sinfónicas reabre el debate sobre las duplicidades en el sector El reparto de competencias resulta a veces confuso

La Orquesta Sinfónica de Euskadi, en una actuación en el Palacio Euskalduna de Bilbao.
La Orquesta Sinfónica de Euskadi, en una actuación en el Palacio Euskalduna de Bilbao.Santos Cirilo

Poco se sabe del recorte presupuestario que la crisis va a infligir a Cultura. La consejera, Cristina Uriarte, no avanzó mucho cuando compareció el pasado día 11 en el Parlamento para detallar las directrices para esta legislatura de un departamento que suma Educación, Política Lingüística, Cultura y Deportes. Hizo mención expresa al panorama museístico de la comunidad —“Tenemos buenos museos, muchos museos, quizás demasiados”—, pero no ahondó mucho más allá de la necesidad y apremio del trabajo conjunto, en red.

De sopetón además le pilló a Uriarte y su equipo la idea lanzada a finales de enero por el diputado general de Bizkaia, José Luis Bilbao, tras su reunión institucional con el lehendakari, Iñigo Urkullu, de fusionar la Orquesta Sinfónica de Euskadi (OSE) y la de Bilbao (BOS). Bilbao dio luego marcha atrás ante la polémica generada, incluso en su propio partido: “Visto el lío que se ha montado, que se queden como están, pero que luego no hablen de duplicidades”, zanjó.

Dos flancos del tejido cultural vasco, orquestas y museos, que evidencian la necesidad de un debate sobre las estructuras repetidas y una revisión de su gestión por la Administración.

Cultura es un sector con determinadas áreas sobredimensionadas y administrativamente confuso, en el que Ejecutivo, Diputaciones y Ayuntamientos se reparten las competencias, en algunos casos poco definidas, y se solapan entre sí.

Opciones

  • ¿Dos orquestas sinfónicas para Euskadi son muchas? "Sí", responde una persona ligada al sector, conocedora del panorama vasco y que prefiere no dar su nombre. Dos formaciones de estas características son muchas, igual que las 27 que existen en el conjunto de España frente a las 19 de Reino Unido, que suma 20 millones de habitantes más.
  • ¿La solución? Para este experto, no pasa por fusionar las dos formaciones: "Se ha intentado en otros sitios y ha resultado un fracaso".
  • "Hay que cambiar el método de trabajo". Hay que aumentar la productividad, incrementar los servicios. Un servicio son cerca de tres horas de trabajo. Si la media en Euskadi es de servicio y medio diario, en Londres llega a tres. Y, sobre todo, venderse, salir a la búsqueda de clientes, "porque nadie, en estos tiempos, va a llamarte para contratarte".

La última estadística gubernamental sobre financiación y gasto público en Cultura precisa que de los 639,4 millones de euros que los tres niveles administrativos destinaron al sector en 2008, el 8,9% correspondió al Gobierno; el 16,3%, a las instituciones forales; otro 47,3%, a los consistorios y el 27,5% restante, a organismos autónomos y sociedades públicas. El Ejecutivo presupuestó el año pasado 62,4 millones, de ellos 35,9 para la promoción cultural y los otros 26,5, para el patrimonio histórico artístico.

Euskadi suma 139 entidades culturales según la base de datos de Irekia, un listado en el que se mezclan la Fundación Kursaal con el Festival de Jazz de Vitoria o la Sociedad Excursionista Manuel Iradier, por ejemplo, pero en la que no figuran los grandes museos ni los teatros.

El Gobierno, destinatario primero de la propuesta de Bilbao, no se ha prodigado en análisis o declaraciones al respecto. Su portavoz, Josu Erkoreka, apuntó que el caso de las orquestas se trataría en la Comisión de Duplicidades del Parlamento, creada la pasada legislatura y ahora pendiente de reactivarse.

El ámbito cultural pasó casi de puntillas por esa comisión, recuerdan los parlamentarios que participaron en ella. Tampoco el sector encontró demasiado hueco y profusión en el Informe sobre duplicidades e ineficiencias en las administraciones públicas vascas, encargado por el Ejecutivo de Patxi López y publicado en septiembre de 2011. Por contra, los trabajos elaborados desde la consejería para dicho documento apuntaban, precisamente, “la incongruencia de mantener dos orquestas sinfónicas públicas”.

Cultura ya veía en 2011 incongruente mantener dos orquestas públicas

El informe preliminar de la entonces consejera, Blanca Urgell, olvidado en un cajón, reconocía en el ámbito del patrimonio cultural duplicidades en la financiación a través de subvenciones suscritas por el propio departamento en los siguientes proyectos: la Catedral de Santa María, las Salinas de Añana, las murallas de Hondarribia, la muralla y fuerte de San Marcos en Rentería, el Palacio de Aiete y Talent House de San Sebastián y el alto horno de Sestao.

El texto añadía que en el ámbito de política lingüística las labores del Instituto Etxepare podían colisionar con las de la Fundación Azkue, una entidad de cuyo patronato forman parte la Diputación vizcaína, el Ayuntamiento de Bilbao, Euskaltzaindia, la UPV y la Universidad de Deusto.

La legislación tampoco delimita con claridad las competencias de una u otra Administración. Un ejemplo. Del Ejecutivo depende declarar un bien de interés cultural para su protección; de las Diputaciones, autorizar las obras que pudieran afectarle y además son las responsables de su conservación, tarea también encomendada a los Ayuntamientos.

El Gobierno tiene poco poder efectivo sobre los museos, pese a financiarlos

Si la norma dice que de Cultura depende “la creación, gestión y dinamización de la red de museos de Euskadi”, así como la convocatoria de ayudas a su promoción, en la práctica ello se traduce en que “el Gobierno vasco suelta la pasta y ya está”, resume el profesor de la UPV Iñaki Díaz Balerdi, autor de Archipiélagos imaginarios, una exhaustiva radiografía sobre la red de museos de la comunidad autónoma.

De hecho, al Ejecutivo solo pertenecen dos museos de los 110 existentes en el País Vasco (el de la Ertzaintza y el del Ferrocarril), recuerda este profesor, mientras que en el resto, si bien participa en su financiación a través de subvenciones o convenios específicos, su capacidad de decisión resulta relativa. “El panorama es desequilibrado, caótico y descuidado”, puntualiza Díaz Balerdi.

Hay museos marítimos o relacionados con el mar en Bilbao, San Sebastián, Pasaia, Bermeo y Plentzia, entre otros. Pipaón, un término del municipio de Lagrán, con 180 vecinos, según el último padrón, cuenta con su propio centro etnográfico.

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