La mina de oro recluta personal sin tener aún permiso de la Xunta
La empresa canadiense abrirá tres oficinas en la comarca de Bergantiños desde la semana que viene
Hace ya meses que la empresa canadiense Edgewater Exploration, LTD (en Galicia, Mineira de Corcoesto, SL) empezó a remitir cartas a los vecinos de la zona afectada por la prevista mina de oro de Bergantiños informándoles de que si aceptaban un preacuerdo por la venta de sus tierras, antes del 31 de diciembre, serían económicamente mejor recompensados que si se resistían hasta la expropiación forzosa. Ni entonces, ni ahora, la multinacional que rastrea metales preciosos contaba con el determinante permiso de la Consellería de Industria y la aprobación del Consello de la Xunta para empezar a expropiar y a explotar de nuevo la vieja mina, conocida desde tiempos de los romanos. La única diferencia es que ahora ha superado (mientras arrecia la polémica entre los vecinos críticos y los ecologistas) el trámite medioambiental, y con esta fase resuelta se ha puesto a buscar plantilla para explotar la mina.
Ayer la compañía anunció que ha contratado los servicios de Adecco “para comenzar la selección de personal de la futura mina”. Desde la semana que viene, “se habilitarán locales en Coristanco, Cabana de Bergantiños y Ponteceso” para recoger los datos de los aspirantes (1.400 personas ya han enviado el currículum desde toda España) y darles cita para una entrevista personal. Luego, la empresa llevará a cabo la selección definitiva para cubrir los 271 puestos directos previstos, “el 80% para operarios sin titulación específica”. El primer lugar donde se abrirá la oficina será, el miércoles 27, en la Avenida de Fisterra en Coristanco.
Mientras tanto, desde hace tiempo la técnica de empleo del propio Ayuntamiento de Cabana lleva realizando labores de “intermediación laboral” (según su propia definición) con la minera y da “asesoramiento” a los aspirantes. Ha recogido ya más de 1.100 currículos de personas que quieren trabajar en el filón de oro, sobre todo de la comarca, pero “también de Valencia, Córdoba o Castilla-La Mancha”, “tanto de hombres como de mujeres”.
Sin seguros de avales (solo figura el de responsabilidad civil) y con la denuncia de asociaciones ecologistas sobre el empleo de “tecnologías ilegales” y sobre el riesgo de contaminación por cianuro, la Xunta ratificó ayer su aprobación del informe de impacto ambiental para explotar a cielo abierto la mina. Esto, después de que BNG, AGE y PSOE insistiesen, en comisión parlamentaria, en denunciar los “incumplimientos” que se reflejan en el informe de impacto ambiental y solicitasen, sin éxito, su retirada para sustituirlo por otro “más riguroso”.
Tras el recuento de las irregularidades, el portavoz del Bloque, Carlos Aymerich, llegó a asegurar que el PP “está al servicio de la empresa”. El nacionalista advirtió que Feijóo había “sorprendido con el anuncio” del proyecto de la firma canadiense el 20 de junio de 2012 (destacando la creación de 1.300 empleos directos e indirectos y una inversión de 110 millones) cuando este “aún no se había registrado”, aunque la filial había “celebrado comidas” con alcaldes de la comarca. “Juegan con la necesidad de la gente, pero el oro se va a Canadá y los empleos durarán ocho años”, lamentó el nacionalista.
AGE y PSOE insistieron en la misma denuncia que el BNG, alertando de que la pequeña creación de empleo supondrá el desmantelamiento del sector primario en la comarca. El portavoz del PP, Varela Suances, reconoció el riesgo del proyecto pero aseguró que la declaración cumple la normativa comunitaria. Aunque el debate se centró en el informe del impacto ambiental de Corcoesto, toda la oposición deploró las concesiones mineras a empresas extranjeras y lamentó que no se cree una potente industria en Galicia.
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