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Una escuela sobre amianto

El colegio Xarau de Cerdanyola está construido sobre suelo contaminado por este material

El patio de la escuela pública de educación primaria Xarau de Cerdanyola del Vallès (Vallès Occidental) descansa encima de suelos repletos de restos de fibrocemento, un material que contiene amianto y que es altamente cancerígeno. Cuando se rompe el fibrocemento y sus fibras son inhaladas, pueden resultar cancerígenas. Los fragmentos de este material tóxico llevaban décadas bajo tierra hasta que el pasado mes de marzo afloraron unos pequeños trozos. Las exploraciones hechas por técnicos especializados han revelado que el centro escolar está construido sobre grandes cantidades de material de relleno contaminado por amianto. "Prácticamente todo el subsuelo del patio del colegio tenía restos" de fibrocemento, reconoce Antoni Sacristán, jefe del área de Urbanismo del Ayuntamiento de Cerdanyola.

A finales del pasado mes de febrero, uno de los profesores del CEIP Xarau que vigilaba a los pequeños durante la hora del recreo vio que entre la tierra del patio sobresalían unos elementos sospechosos. Teniendo en cuenta que el problema de la presencia de amianto es una cuestión preocupante y omnipresente en Cerdanyola -en la población existió una fábrica de Uralita y hay restos de fibrocemento en casi todo el municipio-, rápidamente se dio el aviso al Ayuntamiento y se hicieron los primeros análisis, que confirmaron que eran trozos de tuberías fabricadas con fibrocemento. A partir de aquel momento, la zona de juegos infantiles donde se produzco el hallazgo fue vallada para impedir el acceso de los menores a la zona.

En marzo, el Consistorio encargó a unos laboratorios especializados un análisis del patio de la escuela clausurado, que tiene unos 300 metros cuadrados. Los expertos de Laboratorios Echavarne se trasladaron a la escuela el pasado 11 de marzo y analizaron en un primer momento la zona donde afloraron los restos, pero también se hicieron calicatas o exploraciones de hasta 1,5 metros de profundidad en la zona del patio por donde discurría un antiguo camino, descubierto a partir de fotos antiguas.

El sellado del colegio contra el amianto costará 240.000 euros

En Cerdanyola "era frecuente utilizar el fibrocemento como capa de rodadura en antiguos caminos", recuerdan los técnicos en su informe. A raíz de la inspección de patio, se detectó que su subsuelo "está formado por tierras de origen no natural", compuestas por restos de materiales de construcción "donde se incluyen también fragmentos de fibrocemento". Sone trozos de tuberías de entre 1 y 10 centímetros que aparecen "a partir de 20 centímetros desde el nivel del suelo" hasta los 1,5 metros excavados, así que no se descarta la presencia de restos del material tóxico a más profundidad.

A medida que se hacían catas, los técnicos no paraban de encontrar más restos. "Al observarse la presencia de abundantes tierras de relleno con trozos de fibrocemento", explica el informe, los expertos decidieron extender las prospecciones a todo el patio del colegio. El resultado fue el mismo: la tierra del subsuelo estaba mezclada con escombros y piezas de fibrocemento.

Los trabajos de campo desembocaron en la detección de 29 tuberías de fibrocemento enterradas. El documento detalla que son tuberías de 20 centímetros de diámetro y una longitud que va de los 20 a los 38 centímetros, y que han sido rellenadas con tierra y cemento.

Los trabajos estarán acabados

"Las tuberías se presentan alineadas dibujando una figura serpenteante" que llega a prolongarse ocho metros. Los expertos observaron "indicios de que las tuberías están rotas por su extremo superior", hecho que las hace peligrosas. Los técnicos tomaron muestras de la tierra para analizarla posteriormente. El microscopio reveló la presencia de minerales como el crisotilo o amianto blanco y la crocidolita o amianto azul.

Ante semejante panorama, se decidió cubrir el patio del colegio con una lámina de plástico e impedir el acceso al lugar donde se encontró la fila de tuberías. Esta es una medida temporal, ya que la solución definitiva consiste en el confinamiento de los restos contaminados, que se hará colocando una malla que impermeabilizará el terreno y evitará que las partículas entren en contacto con el aire. Sobre esta malla se coloca luego una gruesa capa de tierra en la que las personas pueden hacer cualquier actividad sin riesgo. El Ayuntamiento ya ha redactado el proyecto y espera adjudicar las obras, presupuestadas en 234.000 euros, en los próximos días. El objetivo de hacer coincidir los trabajos de limpieza con el verano en que no hay alumnos en la escuela. El Consistorio prevé que el colegio pueda abrir con normalidad en septiembre.

El presidente de la AMPA del CEIP Xarau, Xavi Herrero, respira tranquilo ahora que empiezan a ver la luz al final del túnel con la descontaminación del patio, que reclaman desde hace meses. Pero su solución va más allá y espera el traslado a un nuevo centro en 2012.

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