La oposición a Prieto “quemó las naves” con su dura crítica al congreso nacional

El apurado intento de los renovadores del PSE-EE de Álava para alentar una integración en vísperas del congreso territorial caerá en saco roto. Ni siquiera obtendrá una respuesta oficial en los medios desde el sector oficial, directamente aludido. Así las cosas, cada sensibilidad se juega el domingo su suerte con sensible ventaja de salida para el actual secretario general, Txarli Prieto, según la cuota de representación de delegados.

Los renovadores están muy dolidos por la radiografía de situación del Congreso Nacional, celebrado el pasado fin de semana en Bilbao. Pero la dirección del PSE-EE también por el duro comunicado de los críticos alaveses, recordando que se había perdido una oportunidad para la renovación.

“Han quemado las últimas naves que les podían quedar”, dijo gráficamente un portavoz socialista cuando fue preguntado por EL PAÍS sobre un entendimiento de última hora entre ambos sectores, alejados por acusadas diferencias personalistas.

Además, en el entorno de Patxi López sorprendió el grado de inamovible exigencia de los críticos en su propuesta de nombres para diversos órganos de representación durante el congreso de Bilbao. “O querías los que decían ellos, o nada”. Al final, se quedaron sin nada.

“En algunas cuestiones no entendieron que somos un partido federal, con decisiones de obligado cumplimiento para todos y que se deben aprobar en otros ámbitos”, señaló la misma fuente en alusión a la dura protesta de los críticos sobre “la oportunidad perdida para la renovación”.

La dirección del PSE-EE se ha desentendido del enfrentamiento, aunque no es ajena al hostigamiento mediático de los renovadores. De hecho, hay quien sostiene que “después de todo lo que han dicho, apenas han conseguido tres puntos más de representación de delegados desde el congreso de Sevilla”.

La dirección del PSE se desentiende del enfrentamiento

En el PSE-EE creen, además, que los renovadores “han ido demasiado lejos” y no han “acertado” en su estrategia demasiado ácida. Así, recuerdan cómo la designación de Prieto como secretario del grupo parlamentario socialista fue un primer guiño, pero desaprovechado, para que se acercaran posturas.

Este nuevo cometido podría comprometer la incompatibilidad con el cargo de secretario general del partido en Álava.

Prieto nunca ha querido oficializar unas negociaciones. “Cada uno ya sabe lo que hace”, vino a decir cuando se conocieron los primeros movimientos de los críticos. “Yo solo voy a hablar en la prensa del discurso que debemos ofrecer a la sociedad en tiempos de crisis para frenar las políticas de la derecha y recuperar la confianza de nuestros electores. Ya hablo y discuto todos los días, pero en los órganos internos del partido”, añadió Prieto.

Tras el Congreso Nacional, no hay posibilidad de puentes tendidos. Los renovadores, de hecho, perderán cuota dentro de la ejecutiva alavesa con respecto a la que disponen ahora. Pero no cejarán en el empeño y situarán su próximo objetivo en las próximas elecciones en las agrupaciones locales.