“Hay que barrer los sobres de Rajoy”
Los últimos indignados de Sol barren la calle hasta Génova como signo de protesta La concentración, que no ha sido autorizada, reúne a medio centenar de personas
Alrededor de medio centenar de personas se ha reunido por la tarde en la Puerta del Sol para marchar en protesta por el desalojo de los ocho indignados que pernoctaban allí desde el 3 de febrero como reivindicación ante los últimos casos de corrupción política.
Los organizadores de la concentración, convocada a las siete de la tarde bajo la estatua de Carlos III, han pedido a los asistentes que lleven escobas con un propósito singular: barrer "los sobres de Rajoy" desde Sol hasta la sede del Partido Popular en la calle Génova. El recorrido, en un principio, no se ha llevado a cabo puesto que un agente de la Unidad de Intervención Policial (UIP) ha advertido de que esta no había sido autorizada por la delegación de Gobierno y su realización podía conllevar sanciones. Alrededor de las nueve de la noche, no obstante, unas 25 personas se han puesto en marcha hacia la sede del PP. "Hay lecheras siguiendo a la gente, están pidiendo la identificación a quienes pasan por la esquina entre Alonso Martínez y Génova y a una compañera que lleva una cámara de vídeo la ha perseguido la policía hasta que se ha escondido en una cafetería", ha denunciado Nacho Sereno, portavoz del movimiento Inviernos al Sol, que es como se ha llamado a los últimos acampados.
Los desahuciados de Celenque deciden este martes si vuelven a acampar frente a Bankia
Dos horas antes, un agente de la UIP avisaba a los manifestantes de que su protesta podía ser interpretada como una concentración ilegal. Entre las pocas pancartas y mantas que aún quedan, unos 30 indignados se reunían en asamblea para decidir cómo recuperar los objetos retirados por la policía la noche anterior y sobre todo para decidir si volvían a acampar o no. "Nos rodearon, nos alejaron a empujones de nuestras pertenencias y nos dijeron que solo podíamos llevarnos una manta y una mochila por persona", relataba Lucía, una joven de 17 años que ayer cumplió ocho noches durmiendo al raso. "Que cada reacción de la policía se convierta en una acción nuestra", ha propuesto un hombre de mediana edad. Minutos después, los congregados comenzaban la marcha hacia Génova.
A la reunión de Sol han acudido también miembros de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) y de Stop Desahucios que fueron desalojados la semana pasada de la Plaza de Celenque después de 108 días de protesta por los desahucios de Bankia. "No vamos a rendirnos hasta que nos condonen la deuda o nos ofrezcan un alquiler social", ha asegurado Ángel Guzmán, uno de los primeros en acampar frente a la histórica sede de Caja Madrid el pasado 22 de octubre. Casado y en paro, fue desahuciado por esta entidad hace un año y aún debe pagar 237.000 euros. Este martes, después de que la Iniciativa Legislativa Popular por la dación en pago sea debatida en el Congreso, la PAH votará si vuelven a acampar. "Yo voy a votar que sí", ha aseverado Guzmán. Junto a él, dos compañeros de protesta asentían con la cabeza.
También ha acudido a la protesta una veintena de yayoflautas vestidos con chalecos reflectantes. "Nos reunimos cada lunes en la estatua de la Mariblanca porque no tenemos sede, y hoy, ya que estábamos, hemos venido a apoyar a los chavales", explicaba Pilar, portavoz del colectivo. Muy cerca de ella, uno de sus compañeros de asociación se paseaba entre los congregados vestido como el Papa, con una enorme cruz de madera sobre el pecho y una cartel en el que se leía 'Rajoy, dimite también'.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.