Regreso al futuro
En cosas de rock and roll, y todos sus derivados, cuarenta años son un estigma prácticamente insalvable. Pocas obras con esa edad oídas ahora mantienen su frescura y su capacidad para levantar al oyente de su asiento. A lo más provocan nostalgia y algún que otro guiño de simpatía, están bien como parte de la historia, y más si se trata de nuestra propia historia, pero poco más. Eso sí, cuando consiguen salvar la barrera del tiempo y alcanzar el rango de imperecederas pueden romper con todos los prejuicios demostrando su perpetua actualidad en cualquier ocasión y ante cualquier tipo de público.
JETHRO TULL'S IAN ANDERSSON
Festival del Mi·lenni
Palau de la Música, 6 de febrero
Barcelona
Thick as a Brick de Jethro Tull es una de ellas. Si alguien tenía dudas, con seguridad se disiparon todas en la noche del miércoles, a los pocos minutos de iniciarse el concierto de los nuevos Jethro Tull de Ian Anderson. En realidad Jethro Tull siempre habían sido Ian Anderson y cuatro o cinco músicos más, tras cuarenta y cinco años esa afirmación está más vigente que nunca: ya no queda ningún histórico en la banda pero el grupo suena al mejor Jethro Tull de nuestros recuerdos más recalcitrantes.
El pasado año, al cumplirse los cuarenta de la edición del disco original Thick as a Brick, Anderson decidió grabar una segunda parte explicando qué había pasado con el protagonista de aquella historia a lo largo de todo este tiempo. Y con ambas se fue a la carretera para celebrar las cuatro décadas y aún sigue en esa gira. El miércoles el Palau se abarrotó hasta el órgano para asistir más que a una celebración de aniversario a un auténtico regreso al futuro: cincuentones y sesentones mostrando que su música todavía mira hacia adelante. En la primera parte se ofreció el Thick as a Brick original interpretado al detalle, 43 minutos de música efervescente y contagiosa que se pasea con naturalidad de la tradición popular a un heavy incipiente. En la segunda la continuación también interpretada íntegramente y como guinda del pastel una nueva versión de Locomotive Breath incluido en otra obra que también ha salvado el implacable paso del tiempo Aqualung.
'Thick as a Brick' de Jethro Tull es de las pocas obras que mantienen su frescura y capacidad para levantar al oyente del asiento
En el escenario Ian Anderson a sus 65 años sigue siendo un mago con la flauta, se mueve menos pero su imagen se mantiene igual. Su flauta no ha cambiado, su voz sí pero consciente de ello lo suple con el joven cantante Ryan O'Donnell que llega donde él no pude llegar. El resto de la banda son magníficos instrumentistas que calcaron a la perfección las partituras originales e insuflaron vida a la continuación.
Un gran concierto coronado por un éxito notable
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