Dos derrotas electorales eliminarán a un candidato en la renovación del PSE

“Cambiaremos la casa por dentro”. Bajo este significativo enunciado de un dirigente socialista se esconde el ánimo de profunda renovación interna que Patxi López ha ordenado a sus colaboradores en la elaboración den la ponencia de estatutos y organización que el PSE-EE aprobará en el Congreso Nacional de este fin de semana, en Bilbao, como su hoja de ruta para los próximos cuatro años.

López quiere acompasar la actualización de un mensaje socio-político ya ensayado durante su paso del PSE-EE por el Gobierno vasco con la renovación de sus rostros de referencia, principalmente en las apuestas electorales. Así, un candidato que haya sido derrotado en dos legislaturas consecutivas y sufra una pérdida de votos quedará definitivamente descartado. Esta novedad estatutaria, de obligado cumplimiento para todas las instituciones, sólo podrá ser vetada por la ejecutiva nacional del partido.

Los pobres resultados locales y forales del PSE-EE comprometerian así algunas de las candidaturas históricas, aunque en el caso de Bizkaia, José Antonio Pastor ya adelantó su intención de no concurrir como candidato a diputado general.

En su empeño renovador, López ha impulsado el ámbito de las incompatibilidades. Esta limitación de cargos se inicia desde la zona alta de la cúpula ya que los secretarios generales de cada territorial no tendrán ninguna otra responsabilidad orgánica más allá de su condición de vocales natos dentro de la dirección nacional del PSE-EE. “Ni siquiera podrán ser presidente de una agrupación local”, dicen fuentes internas. Todo ello dentro de la máxima ya adelantada por el secretario general de que no se pueden compatibilizar dos cargos orgánicos ni uno institucional y otro ejecutivo. “Cada uno deberá elegir su sitio a partir de ahora”, precisan. Es decir, decae la propuesta de bicefalia lanzada por el exalcalde de Vitoria Patxi Lazcoz y que causó cierta perplejidad en algunos sectores de la afiliación.

Los líderes territoriales solo ocuparán una vocalía en la ejecutiva nacional

Según los nuevos estatutos también se impedirá acceder a un cargo ejecutivo a todo miembro del Gobierno vasco, desde consejero a director general. Esta incompatibilidad surge, sobre todo, como enseñanza de la negativa experiencia que ha supuesto para la dinamización de la vida interna del partido la presencia en el Ejecutivo socialista de sus principales responsables.

El PSE-EE se encamina hacia un progresivo relevo generacional en un decidido intento por proyectar la existencia de una cantera de nuevos dirigentes y así garantizar que “hay banquillo”, admiten en el partido. En esta línea, las agrupaciones serán uno de los puntos de partida donde los nuevos estatutos quieren activar la renovación. “Se fijará la obligación de celebrar una reunión cada quince días en las agrupaciones para que dispongan de vida interna, de participación”, añade uno de los delegados del congreso.

Así las cosas, esta renovación estatutaria adquirará su máxima expresión durante los inmediatos congresos territoriales, anunciados para la próxima semana, y las elecciones internas de las agrupaciones habida cuenta de la aplicación de las incompatibilidades. Eso sí, Iñaki Arriola (Gipuzkoa), José Antonio Pastor (Bizkaia) y también Txarli Prieto (Álava) tienen garantizada su continuidad como secretarios generales territoriales.

En el marco de esta apuesta estatutaria, los socialistas vascos también quieren marcar una referencia y así fijarán el sistema de primarias para la elección de su candidato a lehendakari, diputado general y alcaldes de municipios con más de 50.000 vecinos. Por contra, el debate de las listas abiertas queda pospuesto a la próxima Conferencia Política. Se trata de una pretensión claramente manifestada por el sector de los renovadores en Álava, en una alusión expresa al modelo de apertura ya aplicado por el socialismo en Francia, que conoce perfectamente la ejecutiva nacional, aunque no considera oportuna incorporarla ahora al debate estatutario.