Deseo ser indio
"Siempre hay un valenciano en el centro, cosa que da mucho coraje. Siempre hay un nativo haciendo el indio"
Por una amiga, a la que aquí quiero mantener en el anonimato, me entero de los casos menores de corrupción que ahora se están persiguiendo. Le agradezco la información a esta persona y le digo que no puede ser real, que esto parece una pesadilla. Los datos proceden de Europa Press, pero podrían pertenecer a la Historia universal de la infamia. Permítanme la transcripción prácticamente literal para no perdernos detalle. No es plagio: es estupefacción. Permanezcan atentos. Dejo para el final la glosa. Espero mantener el orden y la cordura.
Leo. La Policía ha arrestado a un hijo de José María Cuevas, expresidente de la CEOE, en el marco de la operación Caballo de Troya. ¿Caballo de Troya? Es la operación desplegada por las fuerzas del orden y por la Agencia Tributaria contra la empresa Teconsa, según fuentes de la investigación. Estas mismas fuentes indican que de momento se han llevado a cabo 15 detenciones, entre ellas la del empresario valenciano Ángel de Cabo, quien ya se encontraba en prisión tras ser arrestado el pasado mes de diciembre por la operación Crucero junto al anterior presidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán.
Otra de las personas detenidas es Isabel Martínez Parra, hija del que fuera presidente de la constructora Teconsa, José Luis Martínez Núñez, imputado en el caso Gürtel por la adjudicación de contratos de la Ràdio Televisió Valenciana (RTVV) durante la visita del Papa a Valencia en 2006.
A los detenidos —sigue la nota de Europa Press— se les acusa de haber cometido presuntamente los delitos de blanqueo de capitales, contra la Hacienda pública e insolvencia punible.
El origen de las pesquisas data de febrero de 2012, después de que José Martínez Núñez vendiese el Gran Hotel en Santiago de Compostela a Ángel de Cabo, quien también se hizo con Teconsa.
Las fuentes consultadas han advertido de los paralelismos entre las investigaciones de ambas casos. A De Cabo se le persigue en la operación Crucero por adquirir en 2010 las empresas del Grupo Marsans por un precio ficticio con la intención de ocultar sus bienes y evitar posibles embargos. De Cabo habría seguido el mismo procedimiento que realizó en Marsans o Nueva Rumasa.
La sensación que tengo es de desorden emocional: cólera y estado irritable con punzadas en el estómago. La excitación parece contagiosa, con fases de enervamiento y pesadumbre. El resultado es aflicción y severo enojo. No soy experto en patologías psíquicas, ni mucho menos, pero creo que el cuadro anterior describe el estado de numerosas personas, la ira que tantos experimentamos y a la vez la decepción profunda que padecemos.
Siempre hay un valenciano en el centro, cosa que da mucho coraje. Siempre hay un nativo haciendo el indio. O mejor: siempre hay un valenciano haciendo el bandido. Yo prefiero lo contrario: ser un piel roja. ¿Por qué? Hay un famoso cuento de Franz Kafka titulado precisamente así: Deseo de ser piel roja. Expresa una aspiración, un sueño: el de desaparecer, el de perderse, el de confundirse con la pradera.
¿Qué han hecho con nosotros estos bandoleros? En serio, dan ganas de desaparecer, de perderse. Como el indio de Kafka. Pero aquí no tenemos pradera: aquí hay un territorio saqueado.
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