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CiU pide a sus consejeros que renuncien al acta de diputado

Los cargos perderán el derecho a voto y las dietas por desplazamiento

El fracaso electoral de Convergència i Unió (CiU) se traduce en una realidad que el partido no esperaba: algunos diputados que tenían por seguro ocupar su escaño se vieron fuera del Parlament por los resultados en las elecciones y, por tanto, sin puesto de trabajo. La federación perdió 12 escaños en los comicios de noviembre. Por ello, CiU ha pedido a los consejeros que también son diputados que renuncien al escaño, según confirman fuentes de la federación y del Gobierno. Así, los consejeros pierden el derecho a voto, pero el grupo parlamentario gana un efectivo más para el trabajo de las comisiones; y un cargo del partido que confiaba en ser diputado logrará su escaño. CiU confía en que la mayoría de consejeros cumpla con las directrices.

Ni el presidente de la Generalitat ni Joana Ortega, vicepresidenta, renunciarán al escaño. Según las fuentes consultadas, por su posición institucional es importante que voten junto al resto de diputados, especialmente las leyes de más calado. La primera en renunciar ha sido la consejera de Bienestar, Neus Munté, que ayer cedió su acta en favor de Maria Senserrich. El resto está sopesando la petición: el consejero de Justicia, Germà Gordó; el de Empresa, Felip Puig, e Irene Rigau, de Enseñanza, están dispuestos a ceder el acta, pero todavía no han tomado una decisión firme. Rigau ya renunció en la pasada legislatura. Fue la única en hacerlo junto al consejero de Bienestar, Josep Lluís Cleries.

Caso aparte es el consejero de Territorio, Santi Vila; pese a que Vila iba a obedecer las consignas de la dirección, los militantes de Girona están presionando para que siga como diputado al ser el cabeza de lista por la provincia en las pasadas elecciones. La dirección de Unió sopesa también la renuncia como diputados de sus consejeros: el de Interior, Ramon Espadaler, y el de Agricultura, Josep Maria Pelegrí.

Los consejeros podrán seguir asistiendo a todos los plenos e intervenir ante la cámara. La única consecuencia de renunciar al acta es que no podrán votar. También hay repercusiones económicas; todos los diputados, aunque dispongan de coche oficial, cobran una dieta por desplazamiento. Los consejeros que renuncien al acta dejarán de percibir entre 20.060 y 28.237 euros anuales, en función de su lugar de residencia.

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