El fiscal acusa a la cofradía de Cambados de estafar 100.000 euros
El ministerio público sospecha que se inflaron las facturas de un barco para cobrar fondos europeos
La fiscalía de Pontevedra ha apreciado indicios de presunta estafa de más de 100.000 euros en la construcción de un barco de la Cofradía de Pescadores San Antonio de Cambados, cuyo proyecto fue subvencionado por la Xunta y la Unión Europea. El asunto fue investigado por el fiscal de Delitos Económicos, Augusto Santaló, después de recibir una denuncia de personas vinculadas a la cofradía. El asunto ha derivado en la presentación de una querella contra la Junta General y responsables de la entidad cambadesa, que podrían verse obligados a responder con su patrimonio personal, según confirmaron fuentes judiciales.
Los hechos denunciados no han planteado duda a los investigadores y peritos que han intervenido en las diligencias abiertas por la fiscalía y que han acreditado mediante informes que en el proyecto naval se realizó una tasación muy superior al valor real del barco con la finalidad aparente de percibir una subvención mayor. La presunta estafa ya había sido advertida también por la Asociación Galega de Mariscadores (Agamar) cuando la Oficina Europea de Lucha contra el Fraude informó en enero de 2012 de la percepción indebida por la citada cofradía de subvenciones del Fondo Europeo de Pesca para la construcción del buque Tragove, realizado en los Astilleros Polináutica, SL, de Cambados, en 2009. El presupuesto se cuantificó en 340.000 euros, de los que 176.104,58 fueron aportados a la Xunta y la Unión Europea.
Cuando la oficina europea informó de la supuesta estafa, la Xunta encargó una tasación para determinar el valor del buque, que finalmente se cuantificó en 161.170 euros. La diferencia obligó a la Consellería de Mar a promover un expediente de devolución de las cuantías defraudadas por la cofradía, unos 84.000 euros, que con los intereses de demora se elevan a 100.000 euros. El fraude se detectó principalmente en el uso de elementos y piezas del barco empleadas en apariencia para su construcción. Una denuncia anónima preesentada por socios de la entidad destapó los hechos. La oposición en la cofradía contra el patrón mayor, Benito González, derivó en la decisión de éste de interponer a su vez una demanda contra los socios díscolos. Las consecuencias de este presunto fraude ponen en una situación muy delicada a la tesorería de la entidad, que ya ha afrontado un ERE que afecta a 24 trabajadores.
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