La negativa del Gobierno al dique de Navantia desaira al PP gallego
El Ejecutivo culpa a la UE del fracaso del plan para dar trabajo al astillero
La culpa es de Bruselas. Después de marear la perdiz durante siete meses creando una comisión técnica con alcaldes y sindicatos que no ha servido para empujar el proyecto, la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) dijo ayer no a la construcción del dique flotante de Navantia para la ría de Ferrol. El proyecto, estimado en 165 millones de euros, supondría abrir nuevas vías de negocio para los astilleros gallegos en el jugoso sector de las reparaciones navales en grandes buques con una plataforma flotante similar a la que ya funciona en Puerto Real (Cádiz). Dicho de otro modo, es un desplante del Gobierno de Mariano Rajoy al PP gallego, que reclamó insistentemente el dique presionado por miles de operarios del sector naval que se van quedando sin trabajo mientras aguardan con desconfianza la fecha de inicio para los dos floteles de Pemex, un polémico contrato muy publicitado por la Xunta en precampaña y que no se acaba de concretar.
El Ejecutivo central , que controla Navantia a través de la SEPI, culpa a Bruselas, concretamente al comisario de la Competencia, el socialista español Joaquín Almunia, de ser el único escollo a un dique “completamente viable” desde el punto de vista técnico. El problema radica, según Navantia, en que tendría que financiarse con dinero público que la UE considera una ayuda de Estado “incompatible” con la legislación comunitaria. No es la primera vez que los astilleros públicos tropiezan con Europa, que ya multó a Izar (hoy Navantia) por las subvenciones multimillonarias que inyectó el Gobierno de Aznar y que llevaron al grupo a la quiebra en 2004.
El conselleiro de Economía, Francisco Conde, y el alcalde de Ferrol, José Manuel Rey, del PP, se apresuraron a mostrar su “profunda decepción” por la negativa de la SEPI y emplazaron a Navantia a “asumir sus responsabilidades” por el “fracaso” de la comisión. Exigen a la compañía que intensifique sus acción comercial en busca de nuevos pedidos militares y que potencie las áreas de reparaciones y turbinas para eólicos. Rey Varela volvió a proponer los terrenos desaprovechados de la antigua Astano (Fene) para nuevos usos industriales, un proyecto fantasma que el presidente gallego, Alberto Nuñez Feijóo, anunció a bombo y platillo en Ferrol en marzo de 2011 y del que nada se ha sabido aún.
La negativa al dique se la comunicó ayer la dirección de la SEPI al comité de empresa en una reunión de tres horas en el astillero ferrolano que acabó con los directivos de la SEPI y Navantia retenidos durante toda la tarde en las oficinas. Unos 200 operarios y delegados sindicales se concentraron a mediodía en la puerta de la factoría para pedir explicaciones y anoche continuaban allí. La cúpula directiva, entre los que se contaban el director general de SEPI, Francisco Ruiz y el presidente de Navantia, José Manuel Revuelta, solo hicieron amago de abandonar el edificio a media tarde pero un sonoro abucheo les hizo recular. El portavoz del comité, Ignacio Naveiras, de CCOO, verbalizó el enfado de la plantilla y sostiene que no les impidieron irse. “Ellos no salieron”, manifestó.
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