La fotografía catalana, desenfocada

“Cuando a comienzos de 2011 se me encargó coordinar este volumen sobre fotografía contemporánea catalana el sector vivía un momento intenso, con discursos políticos, informes y contrainformes que aparecían todos los días en los medios, por lo que pensé que cuando se publicara ya no tendría vigencia. Pero, dos años después todo sigue igual”. David Balsells, conservador jefe de fotografía del Museo Nacional de Cataluña (MNAC), exponía su queja de que no se hayan hecho públicas las conclusiones del grupo de expertos convocados por el departamento de Cultura de la Generalitat para poner orden en el patrimonio fotográfico catalán. Balsells aprovechó la presentación esta semana en el Cercle de Sant Lluc de Barcelona de la tradicional Nadala que edita la Fundación Carulla y que este año repasa la fotografía catalana desde los años 70 hasta la actualidad, para reivindicar la poca visibilidad institucional de los fotógrafos de este periodo.

El anuncio de Mascarell

Tras estallar el caso Centelles, que representó la pérdida para Cataluña de este gran legado, el consejero Ferran Mascarell encargó en junio de 2011, a través de la dirección general de Patrimonio que dirige Joan Pluma, a un grupo de expertos para que pusieran las bases para organizar, y con urgencia, un sector incendiado por la mercantilización de los archivos fotográficos.

Mascarell explicó entonces en el Colegio de Periodistas, ante decenas de profesionales del sector, la necesidad de crear un centro que reuniera la fotografía catalana “en unos cinco años, con edificio o no”. Según el consejero, en Cataluña existen 97 archivos y 49 entidades con fondos fotográficos, la mayoría locales. Para acabar con “la política errática de los últimos treinta años” prometió que en octubre de 2011 tendría las conclusiones de los expertos y que entonces tomaría una decisión y concretaría un programa en 2012 para los próximos seis años.

Tras reunirse en más de 15 ocasiones, la comisión formada por 13 personas vinculadas con museos y archivos como el MNAC, el Macba, el Archivo de Girona, el Archivo Fotográfico de Barcelona, la Biblioteca de Cataluña y el Arxiu Nacional de Catalunya, además de historiadores de la fotografía, galeristas, críticos, docentes y fotógrafos, presentaron su informe a la Dirección General de Patrimonio a finales de marzo del año pasado. “Y desde entonces no hemos vuelto a saber nada, ni siquiera un acuse de recibo; da la sensación de que no ha servido para nada. Es como un insulto”, asegura uno de los expertos que participó en las reuniones.

El informe —“breve, conciso y con puntos concretos”— recoge las diferentes visiones del sector y una decena de recomendaciones y sugerencias “muy claras” consensuadas para poder conservar, investigar y difundir el patrimonio fotográfico y que se llevarían a cabo en dos fases. La primera, a cinco años, y la segunda, a diez, cuando se podría hablar de normalización.

Fontcuberta: “El patrimonio

Frente a los dos puntos de vista contrapuestos de crear un nuevo centro o mantener los fondos dispersos, los expertos proponen crear un Observatorio, órgano por encima de todos los centros que conserven fotografía, pero sin estar vinculado a ninguno, formado por diferentes comisiones de expertos y que coordine acciones, resuelva los problemas y lleve a cabo una política coherente de investigación, difusión y enseñanza.

La especialista en fotografía Laura Terré, que participó en las sesiones, asegura que se realizó “un informe técnico, un plan estratégico para acabar con las tensiones en la forma de trabajar hasta ahora” y que su aplicación “no comporta una gran inversión económica”. Terré, que no niega su decepción por la lentitud de la Generalitat (“había mucha expectación de todo el sector”), recuerda la sensación de impotencia que creó a los miembros, cuando estaban acabando su trabajo, leer en la prensa que el nuevo Plan de Museos de Mascarell contemplaba crear una colección nacional de fotografía con fondos de la Biblioteca de Cataluña y el Arxiu Nacional, adscrita a un nuevo Centro Nacional de la Fotografía de Cataluña. “Nadie nos había informado de eso, que además no tenía nada que ver con los acuerdos que estábamos tomando”.

Desde la consejería aseguran que “la fotografía sigue siendo una de las prioridades del consejero”, que “se sigue trabajando”, que “las elecciones autonómicas han retrasado su presentación”, y que “se tienen que poner de acuerdo varias direcciones generales para sacarlo adelante”.

El fotógrafo Joan Fontcuberta no participó en las reuniones, pero no duda en expresar su malestar tras presentar su trabajo en la Nadala de la Fundación Carulla: “Cataluña está en deuda con la fotografía. Hay que empezar a saldarla, pero el retraso del pago genera intereses, y con el retraso se está perdiendo patrimonio”. El multipremiado artista, asegura: “Los gestores son ignorantes en materia de imagen y fotografía y eso hace a la fotografía invisible. Si queremos ser un país culto y moderno hemos de ocuparnos del patrimonio fotográfico. La situación actual es intolerable".