“El sector tiene nostalgia y ha aprendido poco de la crisis”

En una reciente cena de desagravio por su arrinconamiento en el grupo municipal socialista en el Ayuntamiento de Málaga, su amigo, el también arquitecto Salvador Moreno Peralta, dijo de Carlos Hernández Pezzi: "Es un combatiente de la arquitectura, (...) que decidió volver a ese territorio invisible llamado provincia, renunciando a una condición de gurú capitalino que nadie iba a negarle si se hubiera quedado allí”. Expresidente del Consejo Superior de Colegios de Arquitectos de España, Hernández Pezzi (Madrid, 1949) fue una de las escasísimas voces que osó hablar de la burbuja inmobiliaria antes de que a España le estallarán en la cara un millón de viviendas vacías.

El arquitecto y urbanista ha defendido durante años la rehabilitación de viviendas como salida a la crisis abisal que atraviesa el sector. “En España, la rehabilitación supone apenas un 26% de la actividad constructora, una cifra escandalosamente baja frente al 41% de media en Europa. Allí se han dado cuenta de que es un negocio importante y que produce mucho ahorro energético”, afirma.

Hernández Pezzi dirige actualmente la Oficina de Supervisión de Proyectos de la Diputación de Málaga. Desde esa atalaya detecta que “la situación de los pequeños y medianos contratistas, e incluso de algunos de los grandes, es angustiosa”. Según él, la combinación de una falta de cultura de rehabilitación de viviendas y el cierre del crédito a las empresas ha agravado el desplome del sector. “Si el crédito a las pequeñas y medianas empresas fluyera, se podría ver una remontada inmediata (...) En el mercado de rehabilitación es donde hay más beneficios y donde se ven los resultados más directos con menos dinero”, se entusiasma. Sin embargo, no alberga demasiadas esperanzas: “El sector ahora tiene nostalgia y está esperando una recuperación de la economía para volver al mismo sistema que llevó a la burbuja. No sería capaz de decir que no hemos aprendido nada, pero es cierto que hemos aprendido poco. De las crisis se sale a veces para peor y cosas que se han hecho mal se pueden volver a repetir”, considera.

Hernández Pezzi critica también la fórmula del banco malo, la sociedad que aglutinará 89.000 viviendas y 13 millones de metros cuadrados de suelo adjudicadas a las entidades financieras por créditos morosos. “El banco malo puede convertirse en un sumidero para los activos tóxicos y es perverso ante la falta de viviendas que hay. Si se concentran los bienes y se subastan a un precio inferior al que costaron, el destrozo social es mucho mayor”.

El desplome de la construcción ha dejado en el paro a cientos de arquitectos, aparejadores e ingenieros. Según Hernández Pezzi, el futuro de su profesión y de otras disciplinas técnicas asociadas a la construcción pasa por “la responsabilidad social y la humildad”. “Muchos jóvenes nos dan la lección de que se pueden aceptar encargos más pequeños, pero más comprometidos desde el punto de vista social y arquitectónicamente igual de brillantes o rigurosos”. Frente a ellos contrapone la “austeridad retórica” de “actuaciones del todo insolidarias con la situación real”, como llevar el Caixaforum a la Torre Pelli y marginar la rehabilitación de las Atarazanas o el soterramiento del metro de Málaga frente la alternativa más barata del tranvía.

El exrepresentante de los arquitectos de España se queja también de la “inoperancia patológica” que sufre el urbanismo en Andalucía. “Hay una visión completamente burocrática del urbanismo en la comunidad, que está mucho más en manos de los funcionarios que de los políticos”, constata. “El urbanismo tiene que ser legal y justo, pero también rápido”, afirma.