EH Bildu plantea un pacto político sobre basuras pero sin ceder con la incineradora
Polémica por unas supuestas presiones recibidas por la plataforma contra el puerta a puerta de Oñati
EH Bildu hizo ayer público su deseo de “llegar a acuerdos sociales y políticos” para resolver el conflicto de las basuras en Gipuzkoa, aunque esta coalición abertzale no cederá un ápice en su oposición a la incineradora proyecta en Zubieta porque tiene un coste de “500 millones de euros” y este tipo de plantas “son muy contaminantes” y “provocan cáncer en la población”.
El dirigente de la izquierda abertzale Joseba Permach abogó por un gran pacto sin interferencias “partidistas” y tras un “debate sereno y sosegado” que permita elevar la tasa de reciclaje hasta el “80%”. En una comparecencia junto a Ikerne Badiola (EA), Ernesto Merino (Aralar) y Begoña Vesga (Alternatiba), Permach aseguró que EH Bildu tiene “una actitud abierta” al diálogo con el resto de las formaciones políticas, a las que reclamó que expliquen a la sociedad “con rigor y seriedad” la solución que proponen “por encima de manipulaciones interesadas”.
Los soberanistas están dispuestos a buscar una solución dialogada al problema de los residuos urbanos, y a aumentar los niveles de reciclaje, pero se muestran inflexibles con la incineradora. Permach preguntó al PNV, PSE-EE y PP, partidarios de la polémica planta de combustión, “de dónde van a sacar el dinero para construirla”.
EH Bildu se reafirmó en su apuesta por la “filosofía Residuo Cero” y un sistema que eleve el nivel actual de reciclaje, “estancado preocupantemente en el 30-35%”. Permach aseguró que el puerta a puerta consigue “los mejores resultados”, aunque admitió que “no es el único” que resulta efectivo.
Permach rehuyó apoyar la convocatoria de consultas populares en los municipios donde las reclaman las plataformas contrarias al puerta a puerta, y aprovechó para considerar “sorprendente” que “los mismos que en 30 años se han negado a hacer consultas” sean ahora “los máximos defensores” de los referendos.
De otro lado, la disolución de la plataforma ciudadana contraria al puerta a puerta de Oñati elevó ayer el grado de controversia y enfrentamiento entre los partidos. La plataforma aseguraba en un comunicado difundido el miércoles que ponía fin a su andadura “por miedo a represalias”. Añadía que vecinos de la localidad han sufrido “en sus propias carnes” presiones en forma de “pintadas, pancartas alusivas y frases dolorosas”. El representante de este colectivo Juan Carlos Aranburu y el alcalde de Oñati, Mikel Biain, de Bildu, negaron ayer a través de un comunicado conjunto que la plataforma haya recibido “amenazas”.
Horas antes de difundirse ese comunicado, Permach aseguró que las supuestas amenazas denunciadas eran “rotundamente falsas”. PNV, PSE y PP, en cambio, las dieron por buenas y acusaron a Bildu de estar detrás de las presuntas coacciones a los vecinos. En septiembre pasado, unos desconocidos colocaron en el gaztetxe de Bergara una pancarta con amenazas a la exalcaldesa de Oñati Lourdes Idoiaga.
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