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Gipuzkoa pone la incineradora patas arriba

La oposición de Bildu a la instalación reabre el debate sobre las basuras

Mikel Ormazabal

La primera vez que se empezó a hablar de construir una incineradora en Gipuzkoa fue a finales del siglo pasado. La palabra era maldita; siempre se recurría a expresiones más amables, como "valorización" o "tratamientos energéticos". En diciembre de 2002, con la aprobación del Plan Integral de Residuos Urbanos de Gipuzkoa (PIGRUG), el conjunto de instituciones de la provincia aprobaron por amplia mayoría abordar una estrategia que contempla la incineración.

Una década después de aquel hito, la aplicación del citado programa de residuos salta por los aires, precisamente cuando estaba encauzada y a punto de ponerse en marcha en toda su extensión. La llegada de Bildu a la Diputación y a la mayoría de los Ayuntamientos de Gipuzkoa, ha trastocado todos los planes. La coalición abertzale, contraria a la planta de construcción que se proyecta en Zubieta, quiere paralizar sus obras para aplicar un modelo basado en el puerta a puerta que, según sus impulsores, evita la polémica infraestructura.

Bildu y el PNV han sellado esta misma semana un acuerdo para aprobar los presupuestos forales para 2012 que abre un plazo de seis meses para discutir el mejor sistema para tratar las basuras, sin descartar que finalmente Bildu imponga sus tesis y logre enterrar el proyecto incinerador. En cualquier caso, la incineradora de Zubieta sufrirá más retrasos y no estará en funcionamiento en 2014, como estaba previsto.

UNA DÉCADA DE DEBATES Todo sigue en el aire

El largo debate sobre las basuras arranca en Gipuzkoa a comienzos de 2002, cuando la Diputación y las mancomunidades (agrupan a los municipios) deciden abordar de forma "integral" la gestión de los residuos tras concluir que se avecinaba "un futuro preocupante". La aprobación del PIGRUG, a finales de 2002, sentó las bases del modelo que se iba a seguir en toda la provincia para resolver este problema. Los ecologistas se pusieron frontalmente en contra del mencionado plan porque inicialmente abría la puerta a construir hasta tres incineradoras, aunque dos años después de acordó que solo fuese una.

Después de mucha discusión sobre el mejor emplazamiento de la incineradora -se analizaron más de 15 localizaciones-, el Ayuntamiento de San Sebastián se decantó en octubre de 2006 por Zubieta. Antes se había barajado ubicarla en Urnieta, Landarbaso y Aritzeta, pero recibieron una fortísima contestación vecinal, sobre todo las dos primeras. Al comprobar que la planta de combustión estaba encarrilada, Txingudi renunció ese año a construir la suya en Zaldunborda (Hondarribia), que también soportó mucha presión.

El sector contrario a la incineración, que hasta este año era minoritario en las instituciones por la ilegalización de Batasuna, siguió adelante con su estrategia para paralizar el polémico proyecto. En 2009 implantó la solución del puerta a puerta. Ahora que tienen la mayoría en los Ayuntamientos y la Diputación, quieren aplicar un sistema sin quemar los desechos.

LA NORMATIVA DE BASURAS Vertido cero

La norma foral 7/2008 que aprueba el Documento de Progreso del PIGRUG fija las directrices que deben regir la política de gestión de residuos hasta 2016. Aboga por el vertido cero, minimizar la generación de basura, lograr un nivel de reciclaje del 60% e incinerar la fracción restante. Bildu quiere modificar esta normativa.

LA SITUACIÓN ACTUAL 406.000 toneladas anuales

Gipuzkoa genera 406.000 toneladas de residuos al año, esto es, 83,1 kilos por habitante, según datos de 2010. Diez años antes, el volumen era de 396.000 toneladas anuales. La recogida selectiva permite reciclar el 30,6% de los desperdicios y el resto se deposita en los tres vertederos abiertos en la provincia: Sasieta (Beasain), Lapatx (Azpeitia) y Urteta (Zarautz). 25.000 toneladas anuales se envían al de Igorre, en Bizkaia. Además, en Gipuzkoa hay una veintena de garbigunes (puntos de depósito), dos vertederos inertes, cuatro estaciones de transferencia, dos plantas de separación de envases y una de compostaje.

LA CIUDAD DEL RESIDUO Las excavadoras, al ralentí

La construcción del Centro de Gestión de Residuos (CGR), en el ámbito donostiarra de Zubieta -es visible desde muchas zonas de Usurbil-, se adjudicó en febrero pasado por 223,5 millones a la UTE FCC, Zerbitzu Elkartea, Altuna y Uría y la empresa suiza AE&E Inova, que recibirá otros 5,4 millones por el mantenimiento del complejo durante cinco años. Consta de las siguientes instalaciones: una planta de pretratamiento biológico-mecánico, una incineradora y otras auxiliares para el embalado y el depósito de lodos de depuradora. Para financiarlo, el Consorcio de Residuos contrató créditos con la banca comercial (68 millones) y el Banco Europeo de Inversiones (195 millones). Para los responsables forales de la pasada legislatura (PNV y Hamaikabat), el proyecto es "de primer nivel internacional" y el sistema de combustión es "de última generación" y "respetuoso con el medio ambiente". El montaje de las instalaciones debía comenzar en 2012.

EL 'PUERTA A PUERTA' Cuatro pueblos

Usurbil fue el primero en instaurar, a comienzos de 2009, el sistema de recogida selectiva puerta a puerta, consistente en dejar los desperdicios en unos colgadores personalizados situados en plena calle. Cada día hay que sacar un tipo de basura. El Ayuntamiento tardó más de un año en aceptar la celebración de una consulta popular, que respaldó este sistema con el 55% de los votos. La experiencia se extendió a Hernani, Oiartzun y Antzuola. Estos han pedido permiso para trasladar sus basuras a una planta del País Vasco francés. Sin embargo, otras localidades gobernadas por la izquierda abertzale, como Mondragón, Azpeitia o Pasaia, no la secundaron. 40 alcaldes de Bildu, incluido el de San Sebastián, quieren aplicarla ahora.

LAS COMPETENCIAS El pulso legal

En materia de residuos sólidos urbanos, la Ley General de Protección del Medio Ambiente del País Vasco concede a los órganos forales (Juntas Generales y Diputación) la competencia en "el desarrollo de la planificación marco de gestión" de las basuras, la "coordinación de las actuaciones municipales" y el "impulso de las infraestructuras supramunicipales de gestión de residuos". Y los Ayuntamientos o mancomunidades, de acuerdo con la ley de Bases del Régimen Local, tienen "la competencia de la recogida y tratamiento de residuos". En la interpretación de estas normativas radica el pulso que mantienen Bildu, por un lado, y el resto de los partidos.

EL PACTO GARITANO-OLANO ¿Sin vencidos?

La firma del acuerdo presupuestario Bildu-PNV ha hecho saltar chispas al incluir el documento compromisos en materia de residuos. Markel Olano interpreta que la decisión sobre el futuro de las basuras se resolverá antes del 30 de junio de 2012 en las Juntas, donde tienen mayoría los partidos partidarios de la incineración. Garitano, en cambio, recuerda que la última palabra será de los Ayuntamientos, controlados en un 80% por Bildu, en virtud de la competencia que les concede la legislación vigente. Los abertzales siempre han defendido la aplicación de una moratoria de cinco años a la incineradora. El Consorcio de Residuos, en manos de Bildu, ya ha decidido suspender el contrato de obras de la planta de combustión.

LA PRESIÓN DE BIZKAIA Aviso del vecino

La Diputación de Bizkaia podría cerrar el vertedero de Igorre a la basura que llega de Gipuzkoa (25.000 toneladas anuales) si Garitano no da garantías de que se hará la incineradora.

El plan de Bildu es la "basura cero"

En una operación cuidadosamente orquestada por la izquierda abertzale, los diferentes agentes e instituciones contrarios a la incineración han reactivado con energía una campaña contra este sistema, actualmente sometido al debate político en Gipuzkoa. Primero fue la Diputación gobernada por Bildu, a continuación representantes de la exBatasuna, después miembros del colectivo Zezo Zabor, y ayer los alcaldes de la coalición soberanista. Estos cargos comparecieron ante los medios para explicar el contenido de una carta que han remitido 40 regidores al Consorcio de Residuos de Gipuzkoa, en la que afirman que "únicamente una política de gestión integral de los residuos que tenga por objetivo generar basura cero asegura la sostenibilidad del sistema".

Los alcaldes se congratularon de la decisión del consorcio de paralizar durante seis meses las obras de la incineradora de Zubieta los ediles de Bildu se felicitan por esta decisión e insistieron en que el objetivo de no generar basura se consigue mejorando "sustancialmente" el servicio de recogida de residuos. "A la vista de las numerosas experiencias en Europa, el sistema de recogida puerta a puerta se muestra como el más eficaz para alcanzar ese objetivo, no desdeñando, a priori, otros sistemas si se demuestran más eficaces para lograr esos resultados que perseguimos", aseguran en su misiva.

Recuerdan que el modelo que se sigue en Usurbil, Hernani, Oiartzun y Antzuola permite reciclar el 80-85% de las basuras, por lo que solo quedaría un resto del 15-20%. Los alcaldes abertzales también expresan su compromiso de "potenciar al máximo el autocompostaje doméstico y comunitario".

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Sobre la firma

Mikel Ormazabal
Corresponsal de EL PAÍS en el País Vasco, tarea que viene desempeñando durante los últimos 25 años. Se ocupa de la información sobre la actualidad política, económica y cultural vasca. Se licenció en Periodismo por la Universidad de Navarra en 1988. Comenzó su carrera profesional en Radiocadena Española y el diario Deia. Vive en San Sebastián.

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