Declarada ilegal una urbanización con permiso ambiental de la Xunta
El proyecto pretendía levantar chalés en un castro junto a un humedal protegido
No se llegaron a poner ni los cimientos pero el proyecto para urbanizar A Saíña, una esquina privilegiada del arenal de A Frouxeira, ejemplifica muy bien los desmanes urbanísticos del boom del ladrillo incluso en parajes protegidos con la complicidad de las Administraciones Públicas. Un juzgado de lo Contencioso Administrativo de Ferrol ha ratificado la paralización de una urbanización de chalés adosados que la promotora Construcciones Rías Gallegas, SA, quería levantar en el lugar de A Saíña, un promontorio en primera línea de playa sobre los restos de un castro catalogado y en terrenos de la Red Natura (LIC Costa Ártabra).
La Demarcación de Costas dio su plácet, como también lo hizo la Dirección Xeral de Patrimonio que autorizó una construcción sobre un castro inventariado porque los técnicos lo situaron, por error, en el medio del mar. Adega acusa a la Xunta y al Gobierno central de “complicidad con el infractor” y dice que todavía no se explica cómo las dos Administraciones informaron favorablemente un proyecto “claramente ilegal”. “El perímetro de protección (del castro) se calculó con unas coordenadas erróneas que situaban la urbanización justo en el límite del monumento”, explican. “¿Casualidad o trampa?”, se pregunta Carlos Outeiro, de Adega Trasancos. “Cualquier persona con acceso a internet podía ver que la Xunta dio por buena una localización errónea”, resumen.
Las insistentes denuncias del colectivo ecologista y de un grupo de vecinos que vigilaron con lupa cada movimiento de las excavadoras y amagaron con ponerse delante de las palas, acabaron por parar la obra en 2009. La constructora reclamó en la vía judicial y un juez de Ferrol acaba de dar por buena la paralización. Para explicar este rocambolesco proyecto hay que retroceder hasta agosto del 2003, con el primer informe favorable del arquitecto municipal de Valdoviño. En marzo del 2005, el Ayuntamiento aprobó en junta de Gobierno la recalificación de unos terrenos en A Saíña (Unidad de Actuación 2). “Bien pronto”, cuentan desde Adega, un promotor se apresuró a pedir licencia para 17 adosados. Era la primera fase de una promoción que pretendía edificar hasta 69 viviendas unifamiliares a menos de 100 metros del litoral en suelo rústico de especial protección natural y patrimonial.
A Frouxeira, una de las playas más populares de Galicia, es un espacio protegido por cinco figuras ambientales (Red Natura, LIC, ZEPA, ZEPVN y Ramsar) que preservan un paraje único del litoral coruñés con una laguna costera y un ecosistema tan rico como sensible. “No tenía ni pies ni cabeza”, recuerda Outeiro, “la zona tenía todas las protecciones habidas y por haber y aún querían construir. Nos esforzamos mucho en detenerlo porque significaba que cualquier parte del patrimonio estaba en venta al mejor postor”.
El empresario colocó un cartel de obra y empezó a remover la tierra en 2006 cavando grandes zanjas aún visibles hasta que las denuncias que Adega interpuso en el Seprona, el Ayuntamiento y la Xunta por partida doble —direcciones generales de Urbanismo y Conservación da Natureza— le obligaron a detenerse. Rías Gallegas, SA, una empresa domiciliada en Oroso, no cejó en su empeño de edificar en la zona e hizo varios amagos de seguir adelante hasta que, en 2009, el Gobierno local de Valdoviño, acatando las instrucciones de la Axencia de Protección da Legalidade Urbanística (APLU), anuló en pleno la primera licencia que otra corporación le había concedido al promotor cinco años antes. La justicia ha dado la razón al municipio pero el fallo todavía puede recurrirse.
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