Las negociaciones en Nissan encallan de nuevo por la doble escala salarial
La dirección acusa a CC OO del fracaso y el sindicato lo tilda de “chantaje”
El vicepresidente de Nissan para Europa y Rusia, John Martin, cogió ayer el avión de regreso sin haber cerrado un acuerdo con los sindicatos para la planta de la Zona Franca de Barcelona. La dirección de Nissan quiere optar a la fabricación de 80.000 unidades de un turismo que ahora se produce en el centro de Sunderland (Reino Unido) y que, según la empresa, supondría la creación de 1.000 puestos de trabajo directos y 3.000 indirectos. Pero para ello exige a los sindicatos un plan de competitividad que pasa por medidas de flexibilidad e imponer una doble escala salarial, con sueldos más bajos para los nuevos contratos —19.900 euros anuales de entrada frente a los 24.700 euros actuales—. En caso de no llegar a un acuerdo, Nissan asegura que la fábrica podría perder unos mil empleos hasta 2015.
“Tengo que dejar España y lo hago profundamente decepcionado por no haber conseguido el acuerdo”, sostuvo Martin, quien señaló al sindicato CC OO como culpable por no haber podido cerrar ningún pacto con los representantes de los trabajadores. Martin aseguró no entender la posición de los sindicatos dado el “contexto” de crisis que sufre España y les recordó que la planta de Barcelona depende en exceso de la fabricación de vehículos comerciales ligeros para los mercados del sur de Europa. “Los más afectados por la crisis de la zona euro”, dijo. El vicepresidente de la compañía, no obstante, dejó el acuerdo con su firma estampada por si los sindicatos reculan y, tras insistir en que el pacto es urgente, los invitó a llamarlo durante cualquier momento de las fiestas.
CC OO es, hasta ahora, el sindicato que se está oponiendo más firmemente al acuerdo. La central, segundo sindicato más representativo en la empresa, denuncia que Nissan utiliza permanentemente las oportunidades para fabricar nuevos modelos en la Zona Franca en un planteamiento que persigue abaratar los costes laborales en España que se aproxima al “chantaje”, como lo tachó ayer su secretario general, Joan Carles Gallego.
Y ahora no quieren oír ni hablar de la imposición de una doble escala salarial que se prolongue más allá de los siete años, teniendo en cuenta también la evolución del IPC. El temor se basa en que Nissan quiera consolidar una brecha salarial entre empleados nuevos y veteranos de un 20% más allá del objetivo de conseguir el nuevo vehículo. Y contra ese miedo, CC OO argumenta que con su propuesta de admitir la doble escala salarial pero limitarla a siete años se conseguiría un ahorro de unos 34 millones de euros, una cuantía suficiente, en su opinión, para considerar competitiva la planta.
La USOC, por su parte, quiere atar la creación de puestos de trabajo concretos a la adopción de medidas para una mayor flexibilidad o la doble escala salarial. Es decir, el sindicato está dispuesto a asumir sacrificios, pero a cambio de más puestos de trabajo, según fuentes de la central.
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