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Una ley más aprobada de madrugada

La Asamblea vota a favor de la Ley de Viviendas Rurales sostenibles en otra ‘sesión golfa’

José Marcos
Es el primer pleno que se celebra esta legislatura sin testigos. La tribuna fue cerrada por el presidente del hemiciclo de Vallecas, José Ignacio Echeverría, impedir las protestas.
Es el primer pleno que se celebra esta legislatura sin testigos. La tribuna fue cerrada por el presidente del hemiciclo de Vallecas, José Ignacio Echeverría, impedir las protestas.LUIS SEVILLANO

Mientras los madrileños duermen, ajenos a su destino, conforme a los biorritmos que rigen la rutina del común de los ciudadanos, los políticos legislan. La madrugada del jueves al viernes dejó un nuevo ejemplo del desfase en el que la Asamblea de Madrid permanece instalada desde los años noventa. A las 1.58, en otra noche toledana cargada de tensión entre los grupos políticos, llegó la culminación de una de las promesas electorales de Esperanza Aguirre en los comicios autonómicos del año pasado: "Desarrollar una nueva ley de urbanizaciones sostenibles en el ámbito rural".

La normativa fue aprobada por los 66 diputados presentes del PP con el voto en contra de los 53 de la oposición en el hemiciclo a falta de dos minutos del canto del gallo, como ya ocurrió en verano con la ley que permite la apertura de los comercios de la región las 24 horas los 365 días del año. PSM, IU y UPyD coincidieron en lamentar la “nocturnidad y alevosía” con que salió adelante una legislación a la que ha acompañado la polémica desde sus primeros trazos.

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La ley aprobada permitirá edificar, a partir de más de seis hectáreas, en suelo rural que no esté protegido ambientalmente y con una superficie máxima de ocupación del 1,5%. Los propietarios del terreno correrán con todos los gastos derivados del suministro de agua, energía eléctrica, gas, telefonía, recogida de basuras, transportes y accesos. “Es un atentado al territorio y sostenibilidad del medio ambiente. Plantea un todo vale en el medio natural. Diseminar en pleno siglo XXI este tipo de viviendas nos retrotrae a tiempos de Felipe IV”, criticó el diputado socialista Antonio Fernández Gordillo.

“Dejen de hacer de trileros con la legislación. Este proyecto de ley puede poner en peligro las funciones de los montes, justo cuando la gestión forestal en la región brilla por su ausencia”, insistió, argumentando que “el PP abusa de su mayoría para gobernar para una minoría: los propietarios de 13.102 parcelas rústicas a costa de seis millones de habitantes”. "Con esta ley nos igualamos a la mayoría de comunidades autónomas. Esta ley es exigente y restrictiva, y por tanto respetuosa con el medio ambiente. No se podrá construir en suelo no sectorial y quedan excluidos los espacios protegidos", defendió Álvaro González, del Partido Popular.

“Esta ley beneficia a una casta privilegiada. Fomentan residencias de lujo con nefastas consecuencias sobre nuestros ecosistemas naturales… Hay un sinfín de argumentos contra esta ley pero siguen aferrados y empeñados en convertir el derecho urbanístico en la cueva de Alí Babá”, intervino Carmen Villares, de Izquierda Unida “Habrá grandes urbanizaciones a cargo de grandes constructoras", preconizó de una normativa que pese a los reproches de la oposición en bloque es más suave que la idea inicial. La intención original de la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, que hasta finales de septiembre dirigía Ana Isabel Mariño —ahora encargada de la cartera de Empleo, Turismo y Cultura— y ahora gobierna Borja Sarasola planteaba la posibilidad de dejar construir en suelo rural protegido, no pasó el corte. La opción, adelantada por este diario, de construir residencias en una superficie mínima de cinco hectáreas en suelo rural sin protección, o en 10 hectáreas en suelo rural protegido, no cuajó.

La versión que finalmente se impuso, más light, permite que se pueda levantar una vivienda unifamiliar por unidad de terreno, con una altura máxima de 3,5 metros y una distancia de al menos 250 metros de la construcción más cercana. "Esta ley solo beneficia a unos pocos, es una mala ley de un mal gobierno", también cargó Gabriel López, de UPyD. “Es una ley que dará más libertad a los madrileños y revitalizará a los pequeños municipios. Y permitirá una mayor interacción con la naturaleza”, insistió el popular Álvaro González.

 “La nueva normativa no responde a las necesidades reales del medio rural y traslada la burbuja inmobiliaria al suelo rústico, al fomentar viviendas y complejos de lujo en terrenos de alto valor natural”, valoran desde Ecologistas en Acción, donde insisten en que la nueva normativa será aplicable en el 41% del territorio (330.000 hectáreas) y podría amparar la construcción de 7.000 viviendas dispersas en terrenos de alto valor natural y paisajístico. “Se permitirá la construcción de grandes mansiones de hasta 900 metros cuadrados en fincas con una superficie mínima de seis hectáreas”, insisten los ecologistas.

Desde la Plataforma Anti-ViRuS (denominada así por la ley de Vivienda Rural Sostenible, e integrada entre otros por la Asociación Sostenibilidad y Arquitectura, geógrafos de la Universidad Autónoma, arquitectos y ONG) aseguran que “afectará gravemente la economía agraria, con un modelo de ordenación territorial insostenible, a derechos y deberes constitucionales y a garantías de protección del medio ambiente”. El Ejecutivo autonómico niega "una tesis tan apocalíptica".

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Sobre la firma

José Marcos
Redactor de Nacional desde 2015, especializado en PSOE y Gobierno. Previamente informó del Gobierno regional y casos de corrupción en Madrid, tras ocho años en Deportes. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense y Máster de Periodismo de EL PAÍS. Trabajó en Starmedia, Onda Imefe y el semanario La Clave.

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