Camacho augura el fracaso de un pacto entre CiU y ERC
La presidenta del PPC propondrá un gobierno de concentración si fallan las negociaciones
La presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez Camacho, ha augurado este jueves que fracasará un acuerdo entre CiU y ERC de cara a la nueva legislatura, y para entonces ha propuesto un gobierno de concentración "de todos" con la prioridad de salir de la crisis. Camacho, ha asegurado que CiU va a quedar en manos de ERC, un partido "independentista y asambleario", por lo que todas las decisiones del Gobierno de Artur Mas en minoría deberán ser refrenadas por los republicanos, algo que en su opinión sólo contribuye a incrementar la inestabilidad. "CiU estará presa de todas las decisiones de ERC, y su líder, Oriol Junqueras, será un presidente a la sombra" que condicionará todas las acciones que haga el Gobierno, ha indicado Camacho.
Ante este escenario, ha dicho que el nuevo Gobierno está condenado al fracaso, y que cuando eso ocurra, el PP apuesta por "un gobierno de concentración de todas las fuerzas políticas catalanas que tenga como objetivo salir de la crisis y luchar contra el paro". Ha añadido que el pacto con ERC también puede tener consecuencias para CiU, puesto que los republicanos "quieren hacer una OPA hostil al electorado convergente", por lo que el Gobierno será el más débil e inestable que en su opinión ha tenido Cataluña desde la recuperación de su autogobierno. "El acuerdo perjudica a la economía catalana, no ayuda a la cohesión y preocupa a la mayor parte de la ciudadanía de Cataluña", ha asegurado Camacho, y ha justificado que su partido votará contra la investidura de Mas, aunque entienda que a CiU le corresponda formar gobierno como formación más votada.
Camacho entiende que su propuesta de gobierno de concentración es diferente a la que hizo el PSC porque, mientras que los socialistas pedían un "gobierno nacional", ella defiende un ejecutivo con todos los grupos del Parlament sin excluir a nadie. Según ella, el pacto que se está negociando entre CiU y ERC evidencia que Mas ha abandonado la "centralidad" política, algo que se suma a la lectura en su opinión equivocada que hizo el presidente de la manifestación de la Diada, por lo que ha emplazado a hacer reflexión y autocrítica. Ha pedido que la nueva legislatura no sea "la del referéndum de 2014" y ha defendido la propuesta de su partido de mejorar la financiación catalana y que haya un diálogo fluido entre la Generalitat y el Estado.
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