Un “club” permitirá entrar sin pagar al Park Güell
El Ayuntamiento busca que los turistas abonen entre 5 y 10 euros para visitar la zona monumental a partir de otoño
Visitar la parte monumental del Park Güell —la plaza de la Natura, la sala Hipóstila y las escalinatas del dragón— costará “entre 5 y 10 euros” a partir de octubre, explicó ayer la regidora del distrito de Gràcia, Maite Fandos (CiU). El Ayuntamiento, sin embargo, creará una tarjeta “club” del parque público, que permitirá acceder de manera gratuita a la zona demilitada, previa reserva horaria y que podrá ser solicitada por cualquier persona. El detalle está en que su trámite demorará siete días. Con esta medida el Consistorio busca hacer pagar a los turistas, sin vulnerar la normativa de libre tránsito europea.
Se trata de la segunda ocasión en que CiU retrasa la puesta en marcha de su plan de cerramiento del Park Güell. Ya hace tres años, el bipartito fracasó en su intento de sacar adelante la iniciativa, especialmente porque su propuesta de cierre perimetral enfadó a los vecinos que vieron amenzado su disfrute del parque. Fandos aseguró que el nuevo perímetro protegido —el 7,9% del total— respeta los caminos que comunican a los barrios adyacentes al parque —El Coll, Vallcarca, la Salut y El Carmel—. Sus vecinos tendrán tarjetas que les darán acceso ilimitado y, según Fandos, se utilizará el censo para determinar quién puede ser beneficiario. “No tendrán que hacer ninguna gestión”, prometió la regidora.
Según el Ayuntamiento, la decisión de limitar el acceso al parque público —con nueve millones de visitantes al año y Patrimonio de la Humanidad— busca ayudar a la conservación de la zona monumental y no responde a ningún afán recaudatorio. “Esto no lo hacemos para ganar dinero, si así fuera lo cerraríamos todo y no buscaríamos una solución tan complicada”, defendió Fandos, que compareció junto a Ignasi Armengol, director general de Barcelona Serveis Municipals (BSM). Esta empresa se encargará de la gestión de la zona monumental. Habrá un aforo de 800 personas por cada hora y el horario cambiará de acuerdo a la estación, aunque la apertura siempre será a las 8.00.
Ninguno de los dos comparecientes explicó las razones técnicas por las que la horquilla del posible precio de entrada este entre los cinco y los diez euros o a cuánto asciende el coste de mantenimiento y conservación de esta zona del parque. Fandos aclaró que el dinero que se recaude se gastará en estos fines y, si hay sobra, irá a conservación de las zonas forestales aledañas.
El Ayuntamiento ya había adelantado que el cerramiento se hará con bandas similares a las que se utilizan para delimitar las colas en los cines y Armengol añadió ayer que se crearán 50 puestos de trabajo para controlar el acceso, que se hará por cinco accesos. También habrá tres taquillas y, según Armengol, habrá descuentos para los visitantes que las compren vía Internet. “Las colas se harán dentro del recinto del parque”, aclaró el director de BSM. También habrá un sistema especial para que los autocares turísticos reserven su aparcamiento y así evitar la congestión en las estrechas calles de la zona.
La opinión de los vecinos sigue dividida respecto a la propuesta. Desde la Asociación de Vecinos de la Salut, por ejemplo, consideran positivo que haya “un control de la zona monumental”, según Gabriel Picart, su presidente. “Nos han prometido paso libre y que se solucionará el problema de los autocares”, aseguró el líder vecinal. Desde la Plataforma Defensem el Park Güell, por otro lado, critican que haya cualquier tipo de cerramiento e insisten en que la medida tiene afán recaudatorio.
La oposición en el Ayuntamiento también criticó el proyecto. Los socialistas insisten en la necesidad de extender la protección especial a todo el parque, no solo a la zona monumental. El concejal Guillem Espriu cree que la presión turística se desplazará. Desde Iniciativa, la edil Elsa Blasco solicitó que “quede garantizado el derecho del conjunto de la ciudadanía de Barcelona a hacer uso del conjunto del parque, accediendo libre y gratuitamente, siempre que lo quiera”. Fandos calcula que el cobro de la entrada reducirá el número de visitas al complejo creado por el arquitecto Antoni Gaudí.
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