Manuel Bustos y... su tío Melquíades
El regidor de Sabadell ha protagonizado varios escándalos desde 1999
Manuel Bustos (Pedralba, Valencia, 1961) es un peso pesado del municipalismo en Cataluña. Antes de iniciar su carrera política, trabajó de conserje en el Museo de Paleontología de Sabadell. Se afilió al Partit dels Socialistes (PSC) a los 15 años y muy pronto enfiló su trayectoria, entrando como concejal (entonces de la oposición) en 1991 y como diputado en el Parlamento autonómico. Bustos dio el salto a la alcaldía de Sabadell (la quinta ciudad catalana con más población) en 1999, sustituyendo al carismático edil comunista Antoni Farrés.
Alternó pactos de gobierno con CiU, ERC e ICV con mayorías absolutas, hasta llegar en la pasada legislatura a pactos no escritos con el PP, entonces liderado por Jordi Soriano (uno de los detenidos en la operación Mercurio). Su carácter populista y su implicación en los barrios han permitido a Bustos mantener una elevada popularidad entre sus vecinos y apenas le han pasado factura las numerosas polémicas que han envuelto su gestión.
Las nubes que han ensombrecido la gestión de Bustos han sido de todos los tamaños. Desde la falsificación del padrón municipal para conseguir matricular a su hijo en un colegio concreto hasta las pesquisas que ahora realiza la fiscalía por un presunto caso de corrupción urbanística. Y es que los escándalos vinculados al ladrillo no le son extraños a Bustos. Poco después de tomar la alcaldía, nombró a su tío Melquíades Garrido (también imputado) presidente de la empresa municipal de Vivienda, Vimusa. Reiteradamente, Bustos concedió proyectos urbanísticos a empresas de su tío y a socios de este, tanto desde el Ayuntamiento como desde la Federación de Municipios de Cataluña (entidad que Bustos preside). Después de las informaciones publicadas por este diario, el regidor relevó en 2007 a Garrido, que actualmente preside el Gremio de Constructores de Sabadell.
Hace dos años, la fiscalía también detectó irregularidades (aunque no delito) en la adjudicación de pisos tutelados para jubilados, algunos de los cuales fueron a manos de familiares de miembros del equipo de gobierno de Bustos.
La oposición siempre ha acusado a Bustos de clientelismo y de crear una trama de favoritismos a familiares y amigos. Cuando ayer estalló el caso, muchos no se sorprendían. “Que había algo feo ya se sabía”.
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