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Powell transmite a los firmantes de Aiete que “no hay que tener prisa”

Partidos y sindicatos echan en falta saber las gestiones del grupo de verificación

Mikel Ormazabal
San Sebastián -

“No hemos venido a imponer nada a nadie, sino a compartir la experiencia aprendida en otros sitios” donde ha habido conflictos armados. “Solo vengo a escucharles”. Estas fueron las primeras palabras que dirigió Jonathan Powell, asesor de Tony Blair cuando este era primer ministro británico, a la treintena de representantes políticos y sindicales con los que se reunió el pasado miércoles en San Sebastián, 13 meses después de la firma de la Declaración de Aiete. Algunos asistentes esperaban algo más. Echaron en falta que Powell comunicara las gestiones que ha realizado este último año la Comisión Internacional de Verificación. No fue así. Según la reconstrucción de la última cita, antes de marcharse y a modo de despedida, Powell llegó a pedir “excusas” si había decepcionado a los presentes, pero les transmitió el siguiente mensaje: “Irlanda del Norte necesitó nueve años para el desarme total. No hay que tener prisa; estos procesos tardan mucho tiempo”.

Así concluyó la reunión que tantas expectativas, todas diluidas a la postre, había levantado el cónclave de Aiete, rodeado de un amplio despliegue mediático. Powell ya había despachado personalmente y de forma más discreta los días anteriores con el próximo lehendakari, Iñigo Urkullu, el dirigente de la izquierda abertzale Rufi Etxeberria y el socialista Rodolfo Ares.

Powell escuchó en el palacio donostiarra los mismos mensajes. Joseba Aurrekoetxea, del PNV, admitió la “utilidad” que tuvo en su día la Declaración de Aiete —tres días después ETA anunció el fin de su lucha armada—, pero recordó que en Euskadi se abre una “oportunidad” si se aprovecha que en el nuevo Parlamento están presentes “todas las sensibilidades políticas”. E hizo un llamamiento a “sumar a todos los que no están”, en referencia a la ausencia del PSE, PP y UPyD en la reunión de Aiete.

La declaración

1. Llamamos a ETA a hacer una declaración pública de cese definitivo de la actividad armada.

2. Instamos a los Gobiernos de España y Francia a aceptar iniciar conversaciones para tratar exclusivamente las consecuencias del conflicto.

3. Instamos a que se den pasos profundos para avanzar en la reconciliación, asistir a todas las víctimas y reconocer el dolor causado.

4. Sugerimos que actores no violentos y representantes políticos se reúnan y discutan cuestiones políticas. Aquí el diálogo podría ser asistido, si así fuese decidido, por facilitadores internacionales.

5. Estamos dispuestos a organizar un comité de seguimiento de estas recomendaciones.

Pernando Barrena fue quien con más entusiasmo defendió la validez y vigencia de la Declaración de Aiete como la hoja de ruta para resolver el conflicto, según sus palabras. El portavoz de la exBatasuna lamentó la “falta de respuestas positivas” y el “bloqueo” que ejercen España y Francia, a los que culpó de incumplir la declaración. La Cámara vasca es un escenario adecuado para afianzar la paz, pero “no es el único”, apostilló para reforzar su tesis de que debe ejecutarse la “agenda de soluciones” aprobada en la conferencia de 2011.

Uxue Barkos, diputada de Geroa Bai, preguntó expresamente si los verificadores internacionales habían tenido algún contacto con el Gobierno de Navarra, y obtuvo un no por respuesta.

En la puesta en común, con Powell como oyente durante la hora y cuarto de duración, sí permitió constatar que durante este el último año Euskadi y el País Vasco francés han seguido dos velocidades diferentes. Los vascofrancés reunieron en San Sebastián a representantes del todo el mapa político, desde la derecha UMP a los socialistas del PSF. Aunque la portavoz de esta formación, Frédérique Espagnac, no tomó la palabra, el resto de intervinientes trasladaron una imagen de “unidad y consenso político” que no existe aún en Euskadi. El próximo 15 de diciembre tienen previsto celebrar en Bayona un foro ciudadano, impulsado por Bakebidea, al que acudirá el abogado surafricano Brian Currin, del Grupo Internacional de Contacto.

Finalizada la reunión, Powell amagó con irse sin hacer declaraciones, pero los promotores de la cita de Aiete le convencieron para que anunciara la creación del comité de seguimiento de las recomendaciones de Aiete. “Powell no quiere tener una postura pública que se entienda por los Gobiernos \[de Madrid y París\] como una confrontación. Viene a escuchar y a transmitir algunas ideas. No es más”, aseguró uno de los organizadores para justificar la parquedad del británico.

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Sobre la firma

Mikel Ormazabal
Corresponsal de EL PAÍS en el País Vasco, tarea que viene desempeñando durante los últimos 25 años. Se ocupa de la información sobre la actualidad política, económica y cultural vasca. Se licenció en Periodismo por la Universidad de Navarra en 1988. Comenzó su carrera profesional en Radiocadena Española y el diario Deia. Vive en San Sebastián.

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