Cinco empleados de Telefónica, en huelga de hambre contra la reforma laboral
La protesta pide la readmisión de un empleado despedido en 2011 tras sucesivas bajas Los huelguistas aseguran que la empresa les amenaza con desalojarles del local sindical
Cinco trabajadores de Telefónica en Barcelona han entrado hoy en el décimoquinto día de huelga de hambre en protesta por el despido de Marcos Armenteros y contra una legislación, la que se resulta de las dos últimas reformas laborales, que permite despedir a un empleado si acumula un 20% del tiempo de los últimos cuatro meses en bajas médicas. Armenteros, que tiene una hernia discal, fue despedido en 2011 en aplicación de la reforma laboral del gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero. Llevó a Telefónica a los tribunales y estos sentenciaron que el despido fue nulo, por lo que fue readmitido. La empresa recurrió de nuevo y un nuevo fallo declaró el despido improcedente, por lo que se quedó de nuevo en la calle.
Con la protesta, que se realiza en el local del sindicato Cobas, mayoritario entre los trabajadores de Barcelona, el afectado y sus compañeros quieren denunciar el caso y también el hecho de que la legislación pueda despedir por bajas médicas. “Que se excluya a los enfermos del mercado laboral”, dicen. Armenteros explica que si hubiera cogido una baja larga para recuperarse de la espalda hubiera sido mejor que lo que hizo: trabajar en malas condiciones e irse unos días a casa cuando no podía más. Asegura que su caso se produjo en plena negociación del convenio y justo antes del ERE, por lo que junto a sus compañeros entienden que su despido (y el de otra compañera de Madrid) tenía por objetivo “asustar a los trabajadores”.
Preguntada la empresa por su versión de los hechos, una portavoz de Telefónica en Cataluña responde que la empresa “no comenta” el caso. Con todo, los huelguistas han comunicado a través de su portavoz, Enrique Mosquera, que han recibido una carta firmada por el departamento de Recursos Humanos en la que la empresa "da el caso por cerrado" y advierte "de que la huelga no es una actividad propia de un local sindical, por lo que tomará medidas legales para evitarla".
Los huelguistas, que han recibido el apoyo de partidos como ICV-EUiA o la CUP y de otros sindicatos –aunque no de CC OO y UGT—alertan de lo que califican como “desmantelamiento de la plantilla de Telefónica”. Recuerdan que desde 1996 la empresa ha pasado de 75.000 a 23.500 empleados en plantilla y que en paralelo, cuenta con 200 empresas contratadas y “varios miles de subcontratas y autónomos”. “La caída de 50.000 empleados de plantilla ha coincidido con el despegue del negocio de la telefonía móvil e internet: los trabajadores eran igual de necesarios pero separarlos en varias empresas dificulta la capacidad organizativa”.
El pasado viernes una representación de los huelguistas acudió a la sede corporativa de Telefónica en la avenida de la Diagonal de Barcelona y pidió una reunión con el director general en Cataluña, Kim Faura, pero no les recibió.
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