Trabajadores de La Princesa se encierran contra el “desmantelamiento” del centro
Personal de todas las categorías protesta por el "cierre efectivo" del hospital que supone su transformación en centro especializado en ancianos
El futuro del hospital de La Princesa, en el barrio de Salamanca de Madrid, es incierto. Un centro con dos unidades de referencia nacionales, investigación de primer nivel, pionero en el uso de neurocirugía en 3D, uno de los seis únicos de la región con 'código ictus', 40 especialidades médicoquirúrgicas y 330.000 pacientes asignados va a convertirse en "un hospital superespecializado" en personas mayores, según el Gobierno regional. Fue el presidente, Ignacio González, quien soltó la bomba durante la presentación de los Presupuestos para 2013 el miércoles pasado. Al mismo tiempo se enteraban sus 2.500 trabajadores, que han traducido la denominación oficial: "desmantelamiento" lo llaman ellos. La indignación inicial ha ido derivando en organización, unidad de todas las categorías laborales y acciones: la primera, encerrarse este mediodía en el salón de actos del hospital.
La decisión de protestar indefinidamente hasta conseguir respuestas y aclarar el futuro del hospital se ha tomado durante una asamblea masiva -con centenares de asistentes, muchos de pie o sentados en los pasillos- en la que han tomado la palabra tanto representantes de los sindicatos como profesionales a título personal. Hacia las dos de la tarde la expectación era máxima; se supo que el director general de Hospitales, Antonio Burgueño, había convocado una reunión para dar explicaciones. Tres cuartos de hora después de la cita acordada, una llamada telefónica avisaba de que Burgueño no iba a presentarse. Dejó plantado al equipo directivo del hospital y a la junta técnico asistencial que le esperaban.
"No tenemos más información que la que ha salido en los periódicos", aseguró ante un auditorio indignado el director médico del centro. "Sé que parece mentira, pero no tengo información", insistió. "¿Por qué no viene el gerente? ¿Dónde está el gerente?", gritaban algunos trabajadores de las últimas filas. Finalmente, el director gerente, Miguel Ángel Andrés, entró en el salón de actos y se sentó a intentar hablar. Probablemente aún está arrepintiéndose. "Lo que quiero transmitir es tranquilidad", aseguró. "No tiene por qué repercutir en el personal". Y el auditorio se le echó encima. Abucheos, pitadas, gritos. "¿Nos puedes asegurar el puesto de trabajo?", le espetó un asistente. "Yo no soy quien puede asegurarlo", respondió, visiblemente incómodo, y si añadió algo más fue imposible escucharlo porque el rumor de la sala ya era atronador.
Muchos trabajadores intentaron lanzar alguna de sus muchas preguntas desde el fondo: "¿Qué día se cierran las urgencias?". "Entiendo que no existe ningún desmantelamiento", seguía argumentando el gerente, para desesperación del auditorio."¿Usted está en contra o a favor?", preguntó otra persona. El gerente ya solo pudo decir una frase más: "¿Qué tiene que ver que yo esté en contra o a favor?". Los gritos de "fuera, fuera" le obligaron a levantarse con cara de circunstancias y encaminarse a la puerta. Su breve comparecencia no despejó ninguna incógnita.
Los planes para el hospital de La Princesa pasan, según explicó ayer en una insólita rueda de prensa convocada en día festivo el consejero de Sanidad, por convertirlo "no en un geriátrico ni un hospital de media y larga estancia", sino en un centro de alta especialización en ancianos. Javier Fernández-Lasquetty llegó a poner límite de edad para poder ser tratado en él: a partir de 75 años. Fuentes sanitarias señalan que la única vía de entrada de los enfermos será a través de la derivación desde los hospitales Gregorio Marañón y Clínico, puesto que las urgencias generales desaparecerán y también quedará cortada la vía de entrada desde atención primaria (el hospital ya no tendrá población de referencia). Se da la circunstancia de que La Princesa no tiene especialidad de Geriatría.
La intención de los profesionales -médicos, técnicos de rayos, celadores, residentes, investigadores...- reunidos en asamblea es continuar con el encierro todo el fin de semana. Tienen previsto hacer turnos. Los miembros electos de la junta técnico asistencial del hospital, órgano representativo de los profesionales, han redactado hoy una carta en la que se dirigen a pacientes y vecinos de la zona para informarles de la "pérdida de la alta calidad existencial" que, aseguran, tratarán "de evitar". Ni los firmantes de la carta ni las decenas de trabajadores de todas las categorías con los que ha hablado este diario creen que la "alta especialización" de la que habla el Gobierno regional sea cierta. "Desaparecen, de momento, varios servicios clínicos altamente especializados (neurocirugía, cirugía maxilofacial, cirugía torácica y cirugía cardíaca), que ahora ya atienden a todos los pacientes independientemente de la edad", asegura la junta. No existen precedentes de un hospital destinado únicamente a pacientes mayores de 75 años.
Los trabajadores ya han empezado una recogida de firmas. Tanto ayer como hoy a media mañana han salido a la calle Diego de León. Esta tarde, además, varias decenas de personas del turno de tarde han protestado frente a una de las entradas del centro. Más tarde, hacia las ocho, han vuelto a salir con una pancarta: "Defendemos tu salud". La campaña contra el desmantelamiento del hospital se sigue casi al minuto en el blog http://hospitallaprincesaenpeligro.blogspot.com.es, donde incluso se pueden consultar documentos como la carta de la junta técnico asistencial.
"Es inconcebible que este Gobierno pretenda desmantelar y cambiar de actividad un hospital de referencia para todos los ciudadanos de la Comunidad de Madrid como es La Princesa, en el que especialidades como reumatología, hematología, dermatología o neurología han logrado diversos premios en la categoría de Investigación Social y Científica", asegura el sindicato CSIT-UP en un comunicado. Esta organización calcula que 350 personas con contrato eventual podrían perder su empleo. El sindicato UGT asegura en un comunicado que es "inaceptable e irracional que un hospital que atiende alrededor de 500.000 personas y con 3.000 profesionales pueda dejar de prestar el servicio sanitario que los ciudadanos necesitan para convertirlo en un geriátrico".
Una de las principales incógnitas es qué ocurrirá con los más de 300.000 ciudadanos que tiene asignados este hospital. Fuentes sanitarias aseguran que se les repartirá entre el hospital Clínico y el Gregorio Marañón, lo que añadirá más pacientes a las consultas y las urgencias de estos centros. El consejero de Sanidad no respondió ayer a dónde estaba previsto atender a la población de referencia de La Princesa: "En otros lugares", dijo. "Lo veremos con los profesionales". "Esto no es una pérdida", señaló. "Está llamado a ser uno de los grandes hospitales de España y Europa", añadió.
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