500 perros en el corredor de la muerte
La Protectora de Valencia necesita 26.000 euros para salvar su refugio de animales
“A perro flaco, todo son pulgas”, suelta Yolanda Climent al otro lado del teléfono. Lo utiliza inconscientemente al hablar de la trayectoria reciente de la Sociedad Valenciana Protectora de Animales y Plantas (SVPAP). Según esta portavoz, la merma de subvenciones y sus secuelas han llevado a esta organización a necesitar, de forma urgente, 26.000 euros para poder mantener el refugio donde alojan a más de 400 animales sumando perros y gatos.
Esta asociación, fundada hace 40 años, se financia, según explican, gracias a la aportación de sus poco más de 2.000 socios, de donaciones particulares y de la recaudación que consiguen en una clínica veterinaria de Valencia. Desde 2004, además, lograron un convenio con el Ayuntamiento para gestionar un centro de recogida de animales en Benimàmet. La idea era acabar con el sacrificio en las perreras. Hace dos años, el presupuesto destinado se redujo de 600.000 euros a 340.000. Más tarde llegaron los impagos repetidos y los retrasos. “Ahí empezó el declive”, lamenta Yolanda. La organización empezó a acumular deudas con proveedores y con los nueve trabajadores que se encargaban del centro. Tuvieron que dejar el local a otra protectora y los trabajadores se quedaron sin trabajo. Les denunciaron por despido improcedente y ganaron. “No lo entendemos, creíamos que ellos seguirían en sus puestos”, asegura Yolanda. Ahora, el Instituto Nacional de Seguridad Social les pide 26.000 euros y les da hasta este jueves para pagarlo. “Las indemnizaciones las hemos ido demorando, pero esto no podemos”, apunta.
Si no pagan este jueves les pueden embargar los terrenos y las cuentas
Con el embargo en juego, los miembros de la asociación —cuatro trabajadores y voluntarios— montaron una campaña en las redes sociales que ha corrido como la pólvora. El llamamiento alertaba de que 500 animales podían ser sacrificados debido a las deudas. “No decíamos del todo eso”, advierte Mercedes Vidal, la secretaria, “pero teníamos que hacer algo llamativo”. Con esa acción, iniciada el pasado sábado, ayer por la tarde habían recaudado hasta 16.573,63 euros. Tienen por delante unas horas para presentar la cantidad total requerida y librarse, de momento, de un repentino cierre. “En total debemos más de 100.000 euros”, señala Vidal mientras muestra el espacio donde conviven los animales.
En este terreno, situado en las afueras de San Antonio de Benagéber, varias parcelas separan en decenas al conjunto de animales. Un sendero hilvana todo el refugio y permite ver el recinto de gatos frente al de perros. En las oficinas dormitan más perros. “No podemos seguir recogiendo”, expresa Vidal. “El impago provocaría bloqueo de cuentas y embargo de los terrenos. El comprador podría querer deshacerse de ellos y los tendrían que matar”, suspira. Aun así, eso tardaría unos meses. Mientras, según explica la secretaria, “hay que parar los ingresos y fomentar la adopción, pero a todos nos cuesta dejar de cogerlos”.
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