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El talento emigra

Desde 2009 se han ido 16.159 valencianos La mayoría tiene formación superior y no prevé regresar

Joaquín Gil
Leticia Martínez, una joven valenciana que emigró a Londres.
Leticia Martínez, una joven valenciana que emigró a Londres.CARLES FRANCESC

Guillermo Noguera, ingeniero de Caminos de 28 años, fue becario en un departamento de I+D+i de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV), estudió un año en Praga y trabajó en una empresa de cementos en Italia. Regresó a la Comunidad con intención de buscar empleo. Y volvió a hacer las maletas en agosto con destino a Hamburgo para trabajar en una firma de diseño de defensas marítimas de proyección internacional. “Las diferencias con el mercado laboral español son abismales. En Alemania se valora el potencial y no prima solo contratar por lo mínimo”, cuenta este joven que destaca como un hecho diferencial de la autonomía el “despilfarro del dinero público”. Su formación costó a las arcas públicas 6.000 euros por curso.

Noguera no es un rara avis. La crisis ha empujado desde 2009 a 216.708 residentes de la Comunidad a abandonar España. Valencia (20.020) encabeza el éxodo exterior este año, seguida de Alicante (14.110) y Castellón (6.376), según el Instituto Nacional de Estadística (INE). La mayoría de los desterrados por la crisis son inmigrantes (200.549), de los que muchos han regresado a sus países de origen, aunque la desconfianza en una economía en caída libre y el crecimiento del paro juvenil, que afecta a más de la mitad de los menores de 25 años, han reactivado en los últimos tres años y medio la emigración de valencianos al extranjero (16.159), la mayoría cualificados.

“Las diferencias con el mercado laboral español son abismales”

La Comunidad se percibe desde la distancia como una autonomía lastrada por los excesos del boom urbanístico. El ingeniero de Caminos de Gandia Miquel Peiró, de 33 años, se fue a París en 2004 para cursar un máster en Ingeniería de Estructuras. Tras concluir el postgrado entró a trabajar en la consultora SETEC Bâtiment, una de las más importantes del país, donde permaneció hasta que se montó hace un año y medio su propia empresa. Su firma quedó finalista en el diseño de una estación de alta velocidad en Italia y trabaja en un proyecto para el Tribunal de Justicia de París. Nació en plena crisis.

El emprendedor sabe que todo hubiera sido más difícil en la Comunidad. “Allí está todo parado y para trabajar hay que hacer cosas que un ingeniero realizaba en sus inicios profesionales”, explica. Vive de alquiler por 900 euros en un apartamento de 40 metros en París, donde el metro cuadrado de venta cuesta 10.000 euros, y el salario medio de un ingeniero es 8.000 euros más alto que en España. No descarta regresar cuando se reactive la economía. “Se ha construido mucho, pero hay que dejar de quejarse y salir adelante. De lo contrario, el país se empobrecerá”, defiende.

Como la mitad de los técnicos cualificados que emigran, este joven eligió Europa. Se decantó por Francia frente Alemania. Sin embargo, en el Colegio de Ingenieros de Caminos de la Comunidad confirman Berlín como destino prioritario para los ingenieros.

La crisis ha aflorado una legión de trabajadores sobrecualificados

En el Centro Alemán de Valencia, una institución que depende del Ejecutivo germano, forman a 1.500 estudiantes al año. Sus clases de los sábados por la mañana arrastran una lista de espera de 20 personas y sus alumnos son, en su mayoría, ingenieros y arquitectos. “No creemos que el boom aguante mucho”, admite su director, Carlos Valcárcel, que considera que para manejarse bien en la lengua de Angela Merkel son necesarios cuatro años de estudio.

La crisis ha aflorado una legión de trabajadores sobrecualificados en la Comunidad. Uno de cada tres titulados está demasiado preparado para su puesto, según un informe del IVIE-Bancaja. La proporción en los 34 países de la OCDE es 10 puntos inferior. Luis Roca, doctor en Biología de 41 años especializado en suelos y compostaje, encarna este perfil. Tras 12 años intermitentes encadenando becas en la Facultad de Farmacia de la Universitat de València, donde nunca superó los 1.100 euros mensuales, se encontró en la calle el pasado febrero. El presupuesto de investigación había menguado en un tercio por los recortes y le despidieron. Sobrevive con los 470 euros mensuales que percibe por impartir clases como profesor asociado, que completa trabajando como jardinero o colaborando con un huerto ecológico a cambio de hortalizas. Roca se plantea abandonar una Comunidad “plagada de chorizos y corruptos”. “Antes los universitarios emigraban al extranjero y regresaban a los 30. Ahora se van a los 40 y puede que nunca vuelvan”, comenta el profesor de Sociología de la Universidad Complutense de Madrid Ignacio Urbizu.

Mejores perspectivas de futuro y salarios más altos son los motores del éxodo

Junto al empleo, la mejora de las perspectivas de futuro y el salario son dos de los motores que estimulan la marcha de los jóvenes cualificados. “Los sueldos en Europa de ingenieros, arquitectos e informáticos son más altos que en Valencia y las empresas ofrecen mayor autonomía”, admite Francisco Martínez, director de Adecco en la Comunidad, donde un licenciado, ingeniero superior y doctor cobraba en 2010 el salario más bajo de España —31.854 euros anuales (28.645 si era mujer), según el INE—. La remuneración es inferior al promedio en Andalucía (33.459) o Extremadura (33.760).

La emergencia económica ha transformado Latinoamérica en un destino para los talentos valencianos. La crisis del audiovisual empujó el pasado junio al guionista de Monòver (Alicante) Martín Román, de 33 años, a viajar a México. En la Comunidad colaboró con el director Sigfrid Monleón, impartió clases de guion de cortometrajes en la Universitat de València y Gandia, y trabajó para Punt 2 y La 2 de RTVE. La inestabilidad laboral y la precariedad motivaron su decisión, de la que no se arrepiente. Se fue con dos guiones, que por su presupuesto, son “imposibles de rodar” en la Comunidad. “Aterrizar en México DF supuso una bocanada de aire fresco. La mayoría de mis amigos están vinculados al audiovisual y RTVV no daba garantías. Las productoras iban cerrando. Aquí las cosas no son de color de rosa, pero al menos no se habla en todo momento de que la gente está perdiendo su empleo y su casa", cuenta. Román prepara el guion de un largometraje para una comedia romántica y amplía su formación. Se ha estabilizado. “¿Volver?, ¿Para qué?”.

Cifras del éxodo

La crisis ha desterrado de España desde el año 2009 a 216.708 residentes en la Comunidad Valenciana. De ellos, un 7% (16.159) son valencianos y el resto, extranjeros. Se trata, en la mayoría de los casos, de inmigrantes que regresan a sus países de origen por el desplome del mercado laboral. El éxodo sitúa a la autonomía por detrás de Cataluña (440.719) y Madrid (300.891), según el Instituto Nacional de Estadística (INE), que proyecta este año para la Comunidad Valenciana un saldo migratorio negativo de 6.029 personas.

Este año emigraron al extranjero 4.506 valencianos. En el cómputo general, entre enero y septiembre de 2012 se marcharon 20.020 personas de Valencia; 14.110 de Alicante y 6.376 de Castellón, según el INE.

Uno de cada tres jóvenes de la Comunidad Valenciana está sobrecualificado para el empleo que desarrolla, según el último informe del Observatorio de Inserción Laboral del IVIE-Bancaja. La media en los 34 países de la OCDE es diez puntos inferior.

Los salarios de los jóvenes cualificados valencianos son los más bajos de España. Un licenciado, ingeniero superior y doctor en la autonomía cobró en 2010 una media de 31.854 euros (28.645 si era mujer). La remuneración fue inferior al promedio percibido en comunidades consideradas más pobres como Andalucía (33.459) o Extremadura (33.760), según el último estudio de la encuesta de estructura salarial del INE, de 2010.

El 60% de los trabajadores que emigraron de la Comunidad Valenciana desde 2008 tenían titulación universitaria (licenciados, ingenieros y doctores), según Adecco. El perfil del aspirante cualificado que sale de España es el de una persona de menos de 35 años, sin hijos, con formación técnica o científica y aspiraciones a promocionar en una gran empresa, según esta firma, que estima que seis de cada diez españoles están dispuestos a emigrar para conseguir trabajo.

La mitad de los ingenieros de caminos que emigraron desde Valencia eligieron Europa, según el Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de la Comunidad Valenciana, que destaca el creciente incremento de países emergentes como Perú, Brasil y Chile.

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Sobre la firma

Joaquín Gil
Periodista de la sección de Investigación. Licenciado en Periodismo por el CEU y máster de EL PAÍS por la Universidad Autónoma de Madrid. Tiene dos décadas de experiencia en prensa, radio y televisión. Escribe desde 2011 en EL PAÍS, donde pasó por la sección de España y ha participado en investigaciones internacionales.

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