¿De quién es el bastón?
IU acusa al exalcalde de un pueblo de Granada de apropiarse de la vara de mando
Hace semanas que la política en el Ayuntamiento de Otura (Granada) aparcó la que debe ser su principal ocupación: regir los asuntos públicos. El municipio, de unos 6.000 habitantes, ha sido noticia por una denuncia del propio equipo de gobierno que puso contra las cuerdas al anterior regidor, Ignacio Fernández Sanz (PP). Este barajó la posibilidad de gobernar solo con un concejal, pero al final dimitió o renunció, según quién lo explique, aunque continúa como edil. Eso no ha sido suficiente para poner fin a los líos en el Consistorio. Esta semana la bronca se ha montado por un bastón.
Según hizo público el concejal de IU en el Ayuntamiento, Ángel Pertíñez, el bastón de mando que fue entregado el pasado martes al nuevo regidor, Pedro Cabanillas (PP), no es el que utilizaba su antecesor. El portavoz de IU mantiene que el que tenía Fernández Sanz fue “adquirido” en una joyería de Granada por unos 6.000 euros, lo que en su día fue criticado por la coalición, que consideró la supuesta compra “un despilfarro” y critica que durante cinco años lo ha utilizado para “grandeza y ostentación de sí mismo”.
El que se entregó a Cabanillas es mucho más modesto pero, según sostiene el actual alcalde, es el que había en el Ayuntamiento. El anterior fue un regalo personal de un amigo a Fernández Sanz y, por eso, se lo ha llevado. El exregidor subraya el “valor sentimental” que tiene, pero niega haberse apropiado de un objeto que no le pertenecía. Es suyo, insiste, y por eso se ha querellado contra el concejal de IU por sus declaraciones. Según su versión, el bastón se lo regaló efectivamente un amigo íntimo, pero no está valorado en 6.000 euros, sino en unos 500. Fue elaborado por un grupo de artesanos del Albaicín y el Ayuntamiento no lo compró, de ahí que no haya facturas al respecto, agrega.
Tanto el actual alcalde, que ha pedido a Pertíñez “prudencia”, como el portavoz del PSOE en el Consistorio, Nazario Montes, indican que no hay facturas por este concepto. Y explican que tras analizar documentos no han encontrado nada, tampoco en intervención. Los socialistas no se suman a la denuncia de IU, que pide una auditoría para confirmar si existe o no esa factura, sobre la que él formula la acusación. Según afirma, ya en 2007 el alcalde dijo que era un regalo pero él comprobó que era una “adquisición”. Ese documento existe, insiste, aunque ahora no aparezca.
El que estudiaba denunciar a Fernández Sanz ha sido denunciado por este, pero eso no es novedad. Estos dos políticos se han visto ya las caras en otras ocasiones en sede judicial. “No voy a seguir permitiendo que este político sin ética [en alusión al concejal de IU] siga profiriendo injurias y calumnias sobre mi persona por el odio y rencor que me tiene”, ha manifestado en un comunicado el ex regidor. IU mantiene lo dicho.
No es la primera vez que hay polémica en el Ayuntamiento por facturas que se niegan. Preguntas relativas a comidas, recibos telefónicos y viajes, entre otros, han copado parte del trabajo de los grupos de la oposición. Ambos sí coinciden en considerar una “tomadura de pelo” la forma en que se ha solucionado la crisis en el municipio, ya que el nuevo alcalde era el concejal de Economía. En cualquier caso, la última palabra sobre la polémica gestión municipal en sus seis años la tienen los tribunales, que investigan varios asuntos relacionados con supuestas facturas falsas, incluida una denuncia que partió del secretario municipal.
A los tribunales tendrá que ir también el nuevo regidor, ya que a las investigaciones en marcha hay que sumar una acusación de fiscalía, que le pide dos años de cárcel y 18 de inhabilitación por posible prevaricación. Mientras eso llega, Cabanillas se ha propuesto “recuperar la estabilidad en el municipio que ha estado un poquito en entredicho en las últimas semanas”. Es un modo suave de decirlo. Probablemente no va a ser fácil y el PP se tenga que afanar en reconstruir un partido que en el municipio sigue dirigido por Fernández Sanz. A la división interna del PP, que se trató de normalizar de cara al exterior con la renuncia del exalcalde, hay que sumar lo crispado que está el ambiente. Para muestra, en este caso, un bastón.
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