Los trabajadores de Cobo Calleja: “¿Y de qué vamos a comer ahora?”
Decenas de empleados deambulan por el polígono de Fuenlabrada sin trabajo ni una explicación
Decenas y decenas de trabajadores deambulan esta mañana junto a las naves de inmigrantes chinos que ayer fueron registradas y clausuradas por la policía en el polígono madrileño de Cobo Calleja en el marco de la Operación Emperador contra una red de evasión de capital. Hasta el momento hay 83 detenidos, entre ellos el presunto cabecilla de la trama, el conocido empresario Gao Ping afincado en Madrid desde hace 23 años, y un concejal socialista de Fuenlabrada, José Borrás.
El epicentro de la red era este polígono de Fuenlabrada, uno de los mayores de Europa y en el que se concentran cientos de empresas chinas de venta al mayor. Durante todo el día de ayer e incluso por la noche han continuado los registros, pero esta mañana ya no había policía en la zona y los negocios ajenos a la trama tratan de recuperar la normalidad. Los trabajadores, todos ellos orientales, se han encontrado esta mañana con las puertas cerradas y sin ningún jefe que les dé explicaciones de lo que van a hacer a partir de ahora. “¿De qué vamos a comer ahora?”, se preguntaba más de uno mientras apuraba un café en un bar cercano.
"Mi hijo recién nacido se puso a gritar"
Uno de los más afectados, casi con lágrimas en los ojos es Guang Yong, de 30 años y con dos hijos, uno de ellos con siete meses. “La policía entró a las cinco y media de la mañana y me puso la pistola en la cabeza. Mi hijo recién nacido se puso a gritar. Pensé que nos iba a pasar algo muy malo”, ha explicado este afectado. Detrás de él, se encuentran las naves en las que trabajaba, en la calle de Manuel Cobo Calleja, la principal de este gigantesco polígono de Fuenlabrada. De las puertas cuelgan dos carteles en los que se informa de que el negocio está precintado por el Juzgado Central de Instrucción de la Audiencia Nacional.
El resto de negocios de la zona está abierto, pero sus responsables reconocen que hoy no están haciendo casi caja. Mucha gente no ha acudido al polígono ante el miedo de que siguiera la policía registrando las naves, con lo que el día de ayer y el de hoy lo dan por perdido. “Entre que la venta ha bajado mucho y que estos dos últimos días no hemos hecho nada, la cosa va muy mal”, ha destacado Mao Ye.
En las proximidades del polígono también hay camiones de proveedores pendientes de ver si descargan la mercancía que llevan almacenada o regresan cargados de nuevo a sus lugares de origen. El teléfono móvil se convierte en estos casos en un aliado imprescindible para recibir instrucciones. En el Cobo Calleja continúan viéndose, pese a la actuación policial de ayer, coches de lujo que no hacen más que dar vueltas para comprobar cómo está la situación. En total, se incautaron 202 vehículos en la operación, así como más de 11 millones y medio de euros, según el último balance.
De los 83 detenidos, 17 son españoles, 53 chinos y ocho de otras nacionalidades, informan Mónica Ceberio y Manuel Altozano. Los arrestados han comenzado a pasar ante del juez a la una de la tarde de hoy y lo harán en grupos de 20 hasta el viernes. Desde el inicio de la operación se han practicado 108 registros.
Al frente de todo estaba, presuntamente, Gao Ping, un empresario chino dedicado a la importación de este tipo de productos y que era a su vez muy conocido como promotor del arte chino en España y del español en China. Se trata de una persona con grandes contactos en el mundo político y artístico. De Gao y unos ocho dirigentes más dependían los tres clanes de los que estaba formada la organización y que, según sospecha Anticorrupción, actuaban coordinadamente. En su chalé de Somosaguas se hallaron ayer ingentes cantidades de dinero en efectivo.
Para sus operaciones necesitaban de la colaboración de algunos funcionarios públicos que les facilitarán sus relaciones con la Administración. Dentro de esta parte de la trama, fueron detenidos el concejal de Seguridad de Fuenlabrada, José Borrás —municipio en el que está el polígono de Cobo Calleja y el Consistorio tenía mucha relación a través de su centro de arte con el cabecilla de la trama, Gao Ping—; un sargento de la Guardia Civil; un inspector de Policía y una funcionaria. Los investigadores sostienen que cobraron distintos sobornos a cambio de facilitar licencias (los que tienen competencia para ello) y de la actuación impune de la organización.
En defensa de la comunidad china
El PSM ha vuelto a asegurar hoy que, si se demuestra alguna evidencia clara que acredite la implicación de Borrás con la trama de blanqueo de capitales, el partido actuar "con contundencia", le suspenderá de militancia y le exigirá su acta de concejal, informa Efe. Su secretario de Comunicación, Enrique Cascallana, ha asegurado que Borrás aún no ha declarado ante el juez que instruye el caso, y que el partido no conoce los detalles de su detención ni su posible vinculación con la trama desmantelada.
Desde la oposición, el presidente de la Federación Madrileña de Municipios y alcalde de Alcorcón, David Pérez, ha ironizado en las redes sociales con que quienes veían "tantas mafias" detrás de la construcción de Eurovegas en la región "las tenían mucho más cerca". El consejero de Sanidad, Javier Fernández-Lasquetty ha manifestado que el líder del PSM, Tomás Gómez, "tiene la obligación" de dar cuenta "de la responsabilidad que pueda tener el PSOE dentro de todo esto".
Al margen de lo que ocurra con Borrás, todos los dirigentes madrileños han arropado hoy a la comunidad china. El presidente de Madrid, Ignacio González, ha destacado la "magnífica actuación" policial que ha permitido acabar con una red de blanqueo de capitales y explotación en Fuenlabrada y ha advertido de que no se trata de una operación contra los chinos, sino contra una red mafiosa. La alcaldesa de Madrid, Ana Botella, ha dicho que "no se puede caer en pensar que todos los chinos actúan mal".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.