El Ayuntamiento plantará árboles y pondrá un bar-terraza en la puerta del Sol
La instalación ocupará la mayor parte de la explanada en la zona más próxima a la calle Mayor del semicírculo de la plaza
Los mimos profesados, con mayor o menor fortuna, por el exalcalde Alberto Ruiz-Gallardón (2003-2011) al centro de la ciudad (del que se esforzó por sacar el mayor número de coches posible sin incitar a la revolución de una ciudadanía que se queja de la contaminación desde detrás del volante) chocaron con su concepción de las plazas como explanadas de cemento en las que, como mucho, poner tenderetes cutres o estrafalarios. La zona más turística de la ciudad se despobló así de árboles y bancos donde tomarse un respiro o hacer vida vecinal; brotaron comisarías y terrazas de concesión municipal en aquellas socialmente degradadas (en el lado tenebroso de la Gran Vía, principalmente), y mercadillos o eventos comerciales en las más vistosas (Callao, Santo Domingo, El Carmen).
La excepción fue la puerta del Sol, que actuaba como tampón de seguridad y zona desmilitarizada entre Gallardón y la expresidenta regional Esperanza Aguirre (2003-2012), cuyo despacho se abre directamente a esa plaza. Con la excusa de que el metro corría por debajo, se borró casi cualquier resto de vegetación; para evitar que los mendigos pudieran hacer noche, se erradicaron los bancos y se colocaron rejas puntiagudas en el borde de fuentes y estatuas. Y, para evitar conflictos bizantinos como el que enfrentó a ambas Administraciones por el diseño de los quioscos de la plaza, se aparcaron nuevas reformas o lavados de imagen. Hasta ahora.
La realidad ha desbordado los límites de una plaza peatonalizada casi por completo pero despojada de todo vestigio de humanidad: hay quioscos de periódicos, tabaco o lotería; hay paradas de metro, convencionales o de diseño; hay una fuente y varias estatuas desperdigadas como si hubieran caído del cielo. Pero no existe un diseño paisajístico o un ánimo de facilitar la vida en ella: es un paraje de paso. El último cambio fue la construcción de un carril bici que enlazará la calle Mayor (donde convivirán dos y cuatro ruedas a menos de 30 kilómetros por hora) con la plaza de Cibeles a través de la puerta del Sol. Estará listo a principios de año.
Más adelante (aún no se han concretado los plazos del proyecto), el Ayuntamiento, con la aquiescencia de la Comunidad de Madrid (la relación entre la alcaldesa, Ana Botella, y el nuevo presidente, Ignacio González, es fluida, como lo fue con Aguirre) pondrá en marcha otro plan de “revitalización”, en palabras a Europa Press del concejal de Centro, José Enrique Núñez. Tras una “lluvia de ideas”, un concepto esotérico que no ha querido o podido trasladar aún a la realidad administrativa, se procederá a la licitación de una concesión para instalar una terraza como las de las plazas de María Soledad Torres Acosta, Vázquez de Mella y Jacinto Benavente (las tres son explotadas por la empresa asturiana Primur).
La estructura será de un tamaño similar al de la marquesina de la estación de Renfe, según el concejal, y la terraza no superará los 300 metros. En paralelo, el Ayuntamiento quiere plantar árboles en la plaza, algo que hasta ahora había jurado y perjurado y vuelto a jurar que era imposible por la falta de tierra entre la superficie y las instalaciones subterráneas. Además, espera que Apple contribuya a esta “revitalización” cuando abra su tienda en el número 1 de la puerta del Sol.
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