Sené, un ‘supersonic’ en Fuenlabrada
El jugador senegalés, que cambió la mecánica por el baloncesto, regresa a la cancha en Madrid tras varias lesiones y una trayectoria truncada en la NBA
Moumamed Saer Sené, el número 5 del Baloncesto Fuenlabrada, ha tenido hasta el momento una vida deportiva plagada de sonrisas y lágrimas. Nacido el 12 de mayo de 1986 en Thies (Senegal), Mou Sené tuvo una infancia idéntica a la de muchos de sus amigos. Con 10 años comenzó a trabajar de mecánico en su ciudad natal. Pero Mou, que ya era alto con 10 años, pegó un nuevo estirón: “Y como era muy alto, todo el mundo me decía que tenía que jugar al baloncesto, y que no tenía que seguir como mecánico”. Fue su padre, Mamadou Sené, quien le dijo a Mou si quería cambiar de vida. “Yo le dije que sí. Y ahora estoy aquí”, explica este senegalés, que mide 2,11 metros de altura.
Su carrera deportiva hasta venir a España fue meteórica, llegando incluso a jugar en tres equipos de la NBA. Tras decidir jugar al baloncesto, se trasladó a Dakar, la capital senegalesa. En año y medio logró que un equipo europeo se fijara en él. Fue el Verviers belga, conjunto en el que permaneció una temporada más antes de ser elegido por los Seattle Supersonics como el número 10 de la primera ronda del draft de 2006. Una elección muy alta, sobre todo si se tiene en cuenta que la actual estrella de los Boston Celtics, Rajon Rondo, fue el 21º, 11 puestos más abajo. Otros de los jugadores que ahora mismo permanecen en la NBA y que fueron elegidos en un puesto peor que Sené son Thabo Sefolosha, Ronnie Brewer, Kyle Lowry o Jordan Farmar. Además del español Sergio Rodríguez, ahora en el Real Madrid, y que en los pasados Juegos Olímpicos integró el equipo español que obtuvo la medalla de plata.
En uno de los primeros partidos con el equipo del Estado norteamericano de Washington su suerte cambió. Se lesionó, y acabó en la Liga de Desarrollo. El propietario de la franquicia, con 40 años de permanencia en Seattle, trasladó el equipo a Oklahoma, cambiando el nombre de Supersonics por el de Thunder. La carrera de Sené se truncó, pese a que jugó algunos partidos en uno de los equipos más carismáticos, los New York Knicks: “Me acuerdo de mi paso por Nueva York, con los que jugué varios partidos. Me siento muy orgulloso de uno de ellos, en el que el público me apoyó”, recuerda este jugador de baloncesto, que ayer disputó en Fuenlabrada su segundo partido oficial en ocho meses tras una grave lesión sufrida a mitad de la pasada temporada.
Centrado en su trabajo en Fuenlabrada para recuperar su proyección, Sené desconoce los intentos de un empresario de Seattle de volver a tener un equipo en la NBA. El Ayuntamiento de esta localidad, famosa por ser la sede de compañías tan conocidas como Microsoft, Boeing o Starbucks, ha iniciado los trámites para construir un pabellón que podría albergar a la vez a un equipo de la NBA y a otro de la Liga de hockey sobre hielo. “En Seattle me trataron muy bien, pero también tuve problemas con las lesiones. Tenían un equipo con muy buenos jugadores, y la gente nos apoyaba mucho”, explica Sené, que compartió vestuarios con jugadores de la talla de Ray Allen, que este verano ha dejado los Boston Celtics para incorporarse a Miami Heat, franquicia en la que coincidirá con Rashard Lewis, otro supersonic. “Me gustaría volver a ver a los Supersonics en Seattle. Yo puedo decir que es una gran ciudad y me gustó mucho vivir ahí”, señala.
Mou Sené no esconde que su sueño ahora sería volver a jugar en la NBA: “La temporada pasada fiché por Fuenlabrada. Quería hacer una buena temporada durante el lockout [suspensión de la temporada estadounidense]. E hice todo lo que tenía que hacer. Pensé que al final de la temporada podría volver a probar en algún equipo de allí, pero me lesioné. Sé que tengo que trabajar muy duro para volver a la NBA”, explica.
Mientras no llegue su ansiada vuelta, Mou Sené es consciente de que debe aportar mucho más a Fuenlabrada. Tras el partido de ayer, el pívot se confesó muy triste por la derrota frente al Blusens Monbus gallego: “Es un día muy duro porque no he conseguido ayudar al equipo. Me siento mal. Sí, me siento mal porque debería haber ayudado más al equipo, tengo que hacer mucho más”, se lamenta el gigante, que asegura haberse recuperado totalmente de su última lesión: “Pero algunas veces tengo miedo de que me pueda volver a pasar. Tengo que superarlo ya”.
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