El PP se autodescarta como socio de Trias para pactar los presupuestos
CiU sopesa prorrogar las cuentas ante la imposibilidad de acuerdos con el PSC
El pleno del Ayuntamiento de Barcelona terminó, el pasado viernes, con la imagen del alcalde, Xavier Trias (CiU), extendiendo la mano a los otros grupos para llegar a un acuerdo sobre las cuentas municipales de 2013. CiU, con 15 concejales, está lejos de la mayoría, 21. El Partido Popular no tardó ayer en recordar al primer edil que con ellos no cuente.
Alberto Fernández Díaz fue claro ayer en su tradicional rueda de prensa semanal: “No habrá diálogo con el alcalde para aprobar los presupuestos de 2013, y no habrá porque sería una contradicción flagrante”, explicó el líder del PP en el Consistorio. El planteamiento de los populares es que no tiene sentido apoyar las cuentas que soportan un programa de actuación municipal (PAM) con la que ellos están en total desacuerdo y no diseñaron. Esa hoja de ruta del mandato fue aprobada también el viernes gracias a la abstención del PSC y el sí de Unitat per Barcelona (UpB).
La decisión de Fernández Díaz responde a la coyuntura política —el líder del PP no dudó en asegurar que el texto del PAM tiene “tics independentistas”, en referencia a los acuerdos que condicionaron el sí de UpB y que incluyen dotar a Barcelona de las “estructuras de capital de Estado”—, pero es la posición que siempre ha defendido el PP, incluso cuando Trias se acercó a los socialistas para un pacto en la hoja de ruta, mucho antes del verano. “El PAM, los programas de actuación en los distritos, el plan de inversiones, las ordenanzas fiscales y el presupuesto municipal tienen que ser un bloque de gobierno que requería de un acuerdo”, recordó Fernández Díaz.
Cuando Trias habló el viernes en el pleno se dirigía también a los socialistas. “Todo el mundo me dice: Trias, no los podrás aprobar. Y yo digo: ya veremos. Necesitamos unos presupuestos y trabajaré para intentar aprobarlos”, aseguró el alcalde. La puerta con los dirigidos por Jordi Martí está prácticamente cerrada a cal y canto. En el consejo de la federación del PSC de Barcelona, el miércoles pasado, la advertencia fue clara: nada de apoyos a CiU ni aventuras unipersonales.
El alcalde apela a la responsabilidad de los grupos aun sabiendo que lo más posible es la prórroga de las cuentas actuales. En privado, varios concejales del gobierno lo aceptan. Por lo pronto, CiU anunció que presentará el borrador como un informe a la próxima comisión de Hacienda —el próximo día 24—, en lugar de llevarlo como un acuerdo de gobierno. La idea es que antes del 7 de noviembre, cuando se convocará una sesión extraordinaria del mismo comité pueda llegar a un acuerdo. Barcelona nunca ha prorrogado sus cuentas.
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